El cohousing es un modelo de convivencia enfocado a personas mayores que no quieren vivir en soledad. Pero, ¿No es lo mismo que una residencia? Lo cierto es que no. La residencias de mayores, nacieron con el objetivo de cuidar a aquellas personas de avanzada edad que ya no podían valerse por si mismas, pero que su estado no requería de un ingreso constante en un centro hospitalario.
Sin embargo, con los años, cada vez son más las personas mayores que se han visto avocadas a acudir a residencias para huir de la soledad. Es cierto que los tiempos han cambiado, y ya no suele ser un miembro de la familia quien renuncia a una vida laboral para cuidar a la persona mayor. De hecho, es inviable que una persona pueda permitirse dejar de trabajar.
Por este motivo, el cohousing está siendo una solución idónea para aquellas personas mayores, cuyo fin en la vida es ya solo disfrutar. Y es que por romántico que suene, cuando una persona termina su vida laboral, su familia hace su vida y está bien de salud, suelen entrar en un estado de soledad difícil de asumir.
La salud mental se ve resentida en muchos de estos casos y por ello, encontrar una salida en la que compartir experiencias con otras personas en una situación similar, repartiendo además gastos, pero manteniendo su espacio de privacidad, se convierte en una gran opción. Es por esto, que el cohousing está en auge.
Ventajas de vivir en una comunidad cohousing
Las viviendas colaborativas son cada vez una opción más factible para los mayores de nuestro país. Bien es cierto, que no es un invento nuevo, pues ya en los años sesenta se creó la primera comunidad de este tipo en Dinamarca. Sin embargo, es ahora cuando está llegando a más lugares del mundo.
Cabe recordar, que el cohousing es mucho más que compartir hogar, o más bien, no es exactamente así. Estas viviendas colaborativas son lugares donde se comparte un cierto espacio común, pero existen zonas como el dormitorio o el cuarto de baño, donde el inquilino sigue manteniendo su espacio privado. De hecho, hay comunidades en forma de urbanizaciones, donde cada uno vive en su casa pero comparten zonas de convivencia y actividades. Pero además, tienen muchas más ventajas más allá de combatir la soledad, que ya de por sí no es poco.
Compartir gastos
A la par del cohousing, crece una economía colaborativa que puede mejorar el nivel de vida de las personas sin que esto signifique un coste adicional. En primer lugar, compartir vivienda, aunque esta tenga que ser más grande para contar con el espacio privado de cada uno, es más barato. Del mismo modo, si se comparten los gastos de suministros, la factura puede resultar más barata. Con está mecánica, son muchas las cosas que pueden llevarse de forma común y de este modo, resultar más barato.
De hecho, son muchas las viviendas colaborativas en las que a medida que las personas se van haciendo más mayores y en algunos casos más dependientes, necesitan de personal que les ayude. De este modo, no es lo mismo contratar de manera individual un ayudante que poder compartir dicha ayuda y gasto. Igualmente ocurre con las medidas necesarias para adaptar el hogar, como rampas de acceso o barras de apoyo. Al ser para más personas, el gasto de dinero será menor.
Actividades en común
Pero como hemos señalado, el cohousing va mucho más allá de combatir la soledad. Es un modo de seguir desarrollando el potencial de las personas que llegadas a cierta edad, se ven mermadas por el parón en cuanto a responsabilidades. Es decir, es una forma de incentivar a personas que una vez terminada su vida laboral, ven mermado su objetivo vital. Por este motivo, otra de las ventajas de las viviendas colaborativas, es la posibilidad de organizar actividades juntos.
Además, en el caso de crear esta comunidad de forma independiente, hará que sean los propios inquilinos quienes tomen las decisiones y el destino de su vida. Esto quiere decir, que decidirán que medios y atenciones necesitan, y afrontaran los gastos juntos. Así mismo, podrán organizar excursiones, clases de gimnasia o sesiones de belleza. Todas las actividades y comodidades al alcance de su mano, para llevarlas a cabo con las personas con las que comparten hogar.