La pensión de incapacidad permanente es un tipo de pensión contributiva que tiene como objetivo paliar la pérdida de ingresos que sufre un trabajador, a causa de una lesión o enfermedad. Esta lesión o enfermedad reduce o anula la capacidad laboral del trabajador.
Así, el Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) es el organismo encargado de otorgar el derecho a cobrar una pensión de incapacidad permanente en España. Como última opción, la persona solicitante tiene la posibilidad de acudir a la vía judicial para ello.
Motivos para denegar la incapacidad permanente
Para conseguir una pensión de incapacidad permanente por la vía administrativa es necesario seguir un proceso complejo. En ocasiones, la Seguridad Social es muy exigente para otorgar el derecho a cobrar una pensión de invalidez.
Así, durante cada año, el Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) deniega un gran número de solicitudes de incapacidad permanente. En este sentido, son muchos los ciudadanos que acuden a la vía judicial para conseguir una pensión de estas características.
Con todo ello, existen algunos motivos habituales por los que la Seguridad Social puede denegar la solicitud de incapacidad permanente a un ciudadano en España.
El principal motivo por el que la Seguridad Social no aprueba la solicitud de incapacidad permanente es que el ciudadano no cumpla con los requisitos pertinentes.
Por ejemplo, que el ciudadano no se encuentre en situación de alta o asimilada de alta en el momento del hecho causante o que ya haya cumplido la edad ordinaria de jubilación.
Igualmente, la Seguridad Social denegará la solicitud de incapacidad permanente en caso de que considere que las lesiones o enfermedades que presenta el trabajador no le imposibiliten parcialmente o completamente para el desarrollo de la actividad laboral.
Otros motivos de la Seguridad Social
Si el trabajador no acredita adecuadamente la gravedad de la enfermedad o lesión, lo normal es que el Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) no apruebe el reconocimiento de la incapacidad permanente.
En estos casos, la enfermedad o lesión debe quedar acreditada a través de un informe médico y el correspondiente dictamen del Tribunal Médico.
Otro motivo para denegar la solicitud es que el solicitante no acredite la incapacidad para trabajar. Al respecto, los expertos de ‘Fidelitis’ argumentan que «el INSS puede considerar que el trabajador, a pesar de su enfermedad o lesión, puede realizar algún tipo de trabajo o actividad laboral, aunque sea de menor categoría o exigencias físicas».
La falta de pruebas médicas es otra de las causas más relevantes por las que la Seguridad Social deniega el reconocimiento de una incapacidad permanente. Por ello, es primordial que el trabajador presente todas las pruebas médicas posibles para respaldar su solicitud ante la Administración.
También es posible que se produzca un error en la valoración médica realizada por el Tribunal Médico de la Seguridad Social. Ante este tipo de situaciones, el trabajador tiene la posibilidad de realizar una Reclamación Previa contra la resolución inicial del Instituto Nacional de la Seguridad Social.
Si el trabajador no cumple con el tratamiento médico prescrito, el Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) también cuenta con la potestad para denegar el reconocimiento de la correspondiente pensión de invalidez.
Finalmente, la Seguridad Social puede no aprobar la solicitud de incapacidad permanente en caso de que se detecte un fraude en la propia solicitud o documentación aportada.