Nueva alerta asociada a la discapacidad. Medios rehabilitadores han dado aviso del progresivo aumento de las tasas de obesidad en España, que provocan que se disparen los casos de discapacidad. Las secuelas de patologías de la obesidad, como problemas cardíacos, accidentes cerebrovasculares, hipertensión arterial o apnea, acaban dando paso a nuevos episodios de personas con discapacidad.
Dicha advertencia la han realizado los expertos durante la rueda de prensa de presentación del 60º Congreso Nacional de la Sociedad Española de Rehabilitación y Medicina Física (SERMEF) y 2º Congreso Iberoamericano de Rehabilitación.
El doctor Enrique Sainz de Murieta García de Galdeano, jefe de Sección de Rehabilitación Hospitalaria y Unidades Específicas del Hospital Universitario de Navarra; y la doctora Marta Supervía Pola, médica rehabilitadora del Hospital Gregorio Marañón de Madrid y experta de la Organización Mundial de la Salud (OMS) miembro del grupo de trabajo de rehabilitación de enfermedades cardiacas y respiratorias ‘Rehabilitación 2030: una llamada a la acción’; han señalado que las principales causas de discapacidad por obesidad son la cardiopatía, ictus y el dolor lumbar.
«Otros procesos que habitualmente tratamos en estos servicios son pacientes que han sufrido amputaciones y lesionados medulares. Estas son situaciones que implican cambios en la composición corporal y el inicio de obesidad», han explicado.
Dar atención rehabilitadora a las personas con obesidad
Ambos expertos pertenecen a la nueva área específica sobre obesidad que ya ha puesto en marcha la SERMEF. Esta es denominada Grupo de Trabajo de Obesidad, para «dar respuesta efectiva y segura a las necesidades de atención rehabilitadora para las personas que padecen sobrepeso y obesidad en las diferentes áreas de rehabilitación con el fin de obtener los mejores resultados en la recuperación y mejora de la funcionalidad de estas personas».
Respecto a las razones del aumento de la obesidad, el doctor Sainz de Murieta ha desgranado que se debe a diferentes motivos. De hecho aseguran que «están claramente implicados factores sociales como:
- Cambios en el estilo de vida con descenso de actividad física
- Aumento de horas en sedestación
- Aumento en la ingesta de alimentos ricos en energía, especialmente carbohidratos refinados
«Esto repercute por una parte en una reducción de la esperanza de vida», ha detallado. El experto ha añadido que el aumento de grasa en determinadas localizaciones como son las vísceras abdominales produce un aumento de diferentes moléculas, llamadas adipoquinas, que tienen efectos negativos en múltiples sistemas del organismo.
Reconocimiento de la obesidad como enfermedad
Durante su intervención, Sainz de Murieta ha lamentado que es un problema esencial el no reconocimiento por parte el Sistema Nacional de Salud de la obesidad como enfermedad y no sólo como un factor de riesgo de padecer otras enfermedades crónicas.
«El no reconocimiento como enfermedad implica un infra-diagnóstico que condiciona un menor tratamiento. Si no se reconoce como enfermedad crónica el acceso a determinados tratamientos farmacológicos es menos equitativo. Por ese motivo tampoco se incluye a la obesidad en estrategias de atención a pacientes crónicos y pluripatológicos. A pesar de que la obesidad es una enfermedad crónica que genera limitación funcional», ha denunciado.