El café es uno de los mejores estimulantes que podemos incluir en nuestra dieta. La cafeína juega un importante papel a la hora de mejorar nuestra salud, pues nos ayuda a reducir la obesidad, el almacenamiento de lípidos en las células de grasa corporal y limita la producción de triglicéridos.
En este sentido, al igual que ocurre con el mate o el té, numerosos estudios se han centrado en descubrir las verdaderas propiedades de una de las bebidas más antiguas que existen.
Así, un estudio llevado a cabo por la Universidad de Illinois (EE.UU.) ha demostrado que los roedores que tomaron cafeína extraída del mate engordaron un 16% menos y acumularon un 22% menos de grasa corporal que los roedores que tomaron extractos de mate descafeinado. De hecho, los efectos fueron similares cuando se tomó cafeína sintética y extracto cafeínico del café.
El mate es una de las infusiones por excelencia en América Latina. Las hojas del mate, que dan el nombre a la bebida, son antioxidantes naturales, por lo que su ingesta se recomienda en aquellas personas que quieren sentirse saludables.
La cantidad de cafeína contenida de forma habitual en un mate está entre los 65 y 130 miligramos, confirman los autores de la investigación. En comparación, una taza de café tiene entre 30 y 300 miligramos de cafeína según su preparación.
Resultados del estudio
Durante cuatro semanas, los ratones del estudio fueron sometidos a una alimentación que contenía un 30% de grasa, un 45% de carbohidratos y un 15% de proteína. A esto se les complementó con alguna de las formas de cafeína descritas anteriormente en una proporción que equivaldría a ‘cuatro tazas de café diarias’ para un ser humano.
Tras terminar el ensayo, los ratones que habían tomado cafeína del mate, el café o la sintética tenían menos grasa corporal que los que llevaban una dieta descafeinada.
«Considerando los resultados, la cafeína podría considerarse un agente anti-obesidad«, afirma Elvira Gonzalez de Mejía, directora de la División de Ciencias de la Nutrición de la universidad y coautora del estudio que publica Journal of Functional Foods. «A escala humana, podría constituir una estrategia para prevenir la obesidad y el sobrepeso, así como los trastornos metabólicos relacionados con estas enfermedades».
El café actúa en los niveles de triglicéridos
Los investigadores rastrearon la expresión de varios genes relacionados con la obesidad y el metabolismo de los lípidos. Entre ellos, el gen denominado ‘Fasn’ que codifica la ácido grasa sintasa, compuesto enzimático involucrado en la síntesis de ácidos grasos a partir de la glucosa. También el gen de la lipoproteinlipasa (Lpl) que codifica la enzima que descompone los triglicéridos.
De esta manera, los tratamientos con cafeína amortiguaron la expresión tanto de Fasn como de Lpl en células cultivadas. Por este motivo, en los ratones alimentados con mate l Fasn se expresaba un 39% menos en sus tejidos adiposos y un 37% en sus hígados. Todo esto se ha traducido en una menor producción de los triglicéridos en el hígado y del colesterol ‘malo’.
«El consumo de cafeína alivió los efectos negativos de una dieta rica en grasas y azúcares en la composición corporal debido a la modulación de ciertas ezimas lipogénicas», concluye De Mejía.