El ejercicio físico es una actividad fundamental para las personas con diabetes, tal y cómo han podido constatar diferentes estudios a lo largo de los últimos años. Así, una de las formas en las que el ejercicio ayuda a contrarrestar los daños de la diabetes es la activación de un sistema natural que los seres humanos tenemos para hacer crecer nuevos vasos sanguíneos cuando los existentes son destruidos por dicha enfermedad.
Dicho trabajo de investigación se ha publicado en ‘The FASEB Journal‘ en abril de 2022. Así, la diabetes es una patología que daña los vasos sanguíneos existentes y además genera problemas a la capacidad innata para el crecimiento de otros vasos sanguíneos.
Así, la realización de ejercicio físico es una actividad que favorece la angiogénesis; que es la capacidad del organismo de producir nuevos vasos sanguíneos de forma natural. De esta forma lo explican los expertos del Centro de Biología Vascular del Colegio Médico de Georgia (Estados Unidos).
Beneficios del ejercicio físico en la diabetes
Entre todos los beneficios que genera el ejercicio físico a las personas con diabetes, uno de ellos es que ayuda a estimular la producción de nuevos vasos sanguíneos; cuando los ya existentes han sido devastados por esta propia patología.
Hay que tener en cuenta que las células endoteliales recubren los vasos sanguíneos, siendo fundamentales en el crecimiento de nuevos vasos sanguíneos. Así, juegan un papel clave en la realización de ejercicio físico y sus efectos en la salud de la sangre.
Los científicos del MCG han evidenciado la primera prueba, de que incluso una sesión de intensidad moderada de 45 minutos de ejercicio físico ayuda que más exosomas entreguen directamente a esas células más de la proteína ATP7A, que se encarga de iniciar la angiogénesis.
Por tanto, el ejercicio físico no solo es positivo frente a la diabetes para regular los niveles de glucosa en sangre o evitar el sobrepeso; si no que también permite la creación de nuevos vasos sanguíneos. Todo ello, conlleva una gran importancia para el funcionamiento del organismo.
Los científicos responsables de esta investigación explican que la realización de ejercicio físico; como correr o caminar en la cinta, ayuda a que los músculos se contraigan, provocando de forma derivada la liberación de exosomas en sangre.
El doctor Tohru Fukai, biólogo vascular y cardiólogo del MCG, explica que «los exosomas se están estudiando como biomarcadores de una amplia gama de enfermedades como el cáncer y la diabetes, así como herramientas de administración de tratamientos precisos. Por ejemplo, los exosomas producidos por una célula cancerosa se dirigen directamente a una célula cancerosa».
Teniendo en cuenta todo lo expuesto anteriormente, la ciencia ya trabaja en la fabricación de exosomas sintéticos. Y es que estos exosomas se están analizando como posibles mecanismos de administración de fármacos; que en un futuro podrían actuar como ‘miméticos del ejercicio’.