El hígado graso es un problema de salud más común de lo que parece. La enfermedad de hígado graso, cuando es no alcohólico (EHGNA), no deja de ser la acumulación de grasa en el hígado que no se deriva por el consumo desmesurado de alcohol, y que aun así afecta directamente a este órgano vital para nuestro organismo, ya que no existe la posibilidad de vida sin él.
Según los expertos, quienes presentan hígado graso no suelen tener antecedentes de consumo excesivo de alcohol. Suele estar relacionada con el sobrepeso, pero otros motivos pueden causarla.
Y es que hay alimentos que ayudan a complementar el tratamiento real de esta enfermedad, que normalmente presenta pocos o ningún síntoma.
El Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades Digestivas y Renales de Estados Unidos explica que hay ciertas patologías de salud que aumentan la probabilidad de desarrollar hígado graso:
- La obesidad
- El síndrome metabólico
- La diabetes tipo 2
¿Cómo se diagnostica el hígado graso?
Al no haber una sintomatología clara, o al menos poco definida o poco manifestada, los especialistas suelen diagnosticar el hígado graso en función del historial clínico.
Y no sólo se detiene ahí: también se realiza un examen médico pertinente y unas pruebas al paciente para diagnosticar esta enfermedad.
Se puede usar, por otro lado, análisis de sangre, pruebas de diagnóstico por imágenes y una biopsia del hígado para saber cuál es el alcance de la dolencia.
Recomiendan los sanitarios que intentemos adelgazar para evitar enfermedades hepáticas de este calado, ya que reduce la grasa en el hígado.
También la inflamación y la fibrosis en el hígado. Esto es, el desarrollo en exceso de tejido conectivo fibroso en un órgano o tejido como consecuencia de un proceso reparativo o reactivo.
¿Qué alimento es clave para su tratamiento?
Ya es hora de descubrir cuál es el alimento más beneficioso para la zona hepática, y de forma global, para todo el organismo en estos casos.
Se trata del rábano. Así lo aseguran desde la secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) de México.
“El rábano pertenece al grupo de las plantas crucíferas, con propiedades antioxidantes que ayudan a proteger el organismo de enfermedades, además de aportar azufre”, señalan desde tierras mexicanas.
Hay sustancias que facilitan la protección del hígado, favoreciendo la función y sobre todo la recuperación hepática. ¿Ves todas sus cualidades?
Te dejamos por aquí una receta de un jugo de rábano a la que podrás sacarle todo el potencial posible para tratar el hígado graso:
- Limpia los rábanos y córtalos
- Lícualos con un vaso de agua
- Mezcla un zumo de naranja con el de rábano
- Tómatelo antes del almuerzo o la cena
Sólo deberás consumirlo tres veces por semana para que te surta efecto en condiciones, y puedas ver los mejores beneficios en tu órgano hepático.