Cobrar una incapacidad permanente absoluta comprende una serie de beneficios para la persona beneficiaria, más allá del hecho de recibir una pensión contributiva con carácter mensual.
Hay que partir de la base de que ser beneficiario de una pensión de incapacidad permanente deriva de una situación desagradable. Es decir, el ciudadano ha obtenido el reconocimiento de una pensión de invalidez debido a una enfermedad o lesión que le impiden desarrollar cualquier actividad laboral con normalidad.
Así, una pensión de incapacidad permanente tiene como finalidad compensar la pérdida de ingreso que sufre un trabajador debido a una lesión o enfermedad, que reduce o anula su capacidad laboral.
Beneficios de la incapacidad permanente absoluta
El reconocimiento de una incapacidad permanente absoluta quiere decir que se considera que el trabajador se encuentra inhabilitado para desarrollar cualquier actividad laboral, a causa de una lesión o enfermedad. Una invalidez absoluta puede derivar de accidente de trabajo, accidente no laboral, enfermedad profesional o enfermedad común.
La mayoría de personas en España cree que la incapacidad permanente absoluta es incompatible con el desarrollo de una actividad laboral. No obstante, la Seguridad Social no tiene potestad para prohibir a un ciudadano un derecho fundamental, como es el derecho al trabajo.
Es cierto que las posibilidades de compatibilidad de una pensión de invalidez absoluta con un trabajo quedan muy limitadas. Eso sí, existirá dicha compatibilidad cuando el puesto de trabajo se adapte a todas las necesidades.
El principal beneficio del reconocimiento de una incapacidad permanente absoluta radica en el hecho de cobrar una pensión contributiva, con una cuantía equivalente al 100% de la base reguladora del trabajador.
Así, las pensiones de incapacidad permanente absoluta que derivan de accidente de trabajo o enfermedad profesional se devengan en 12 pagas al año. Por su parte, si derivan de accidente no laboral o enfermedad común, se devengan en 14 pagas, con dos pagas extraordinarias.
Ventajas de la invalidez absoluta
Desde ‘CampmanyAbogados’ aclaran que las personas beneficiarias tienen «derecho a desempeñar actividades laborales compatibles con las enfermedades o lesiones que generaron la incapacidad absoluta. Pero, a diferencia de la incapacidad total, con la incapacidad permanente absoluta el acceso se limita a trabajos protegidos o muy adaptados a la situación invalidante de la que se trate. O a puestos de gerencia, donde no se tengan que realizar las tareas propias del negocio de forma efectiva».
Una vez que el pensionista alcanza la edad de jubilación, tiene la posibilidad de elegir entre seguir cobrando la pensión de incapacidad permanente absoluta o pasar a percibir la pensión contributiva de jubilación. Eso sí, siempre que cumpla con los requisitos para tener derecho a la pensión de jubilación.
Con el reconocimiento de la incapacidad permanente absoluta, el trabajador también obtiene la consideración de persona con discapacidad igual o superior al 33%, pero solamente en el ámbito laboral.
Es decir, las personas con una incapacidad permanente absoluta pueden acceder a las ofertas de empleo públicas o privadas dirigidas específicamente a las personas con discapacidad.
Por otra parte, las personas perceptoras de una incapacidad permanente absoluta también pueden cobrar el complemento para reducir la brecha de género en las pensiones. Supone el cobro de un complemento anual.
Como conclusión, también es necesario destacar que las pensiones de incapacidad permanente absoluta no tributan al IRPF (Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas), Es otro gran beneficio de este tipo de pensión.