Dentro del mundo de la alimentación, encontramos una importante variedad de productos naturales que pueden ser tratados como superalimento especialmente por su valor nutricional. Es el caso del romanesco, una verdura de la familia de las crucíferos con unas características muy marcadas.
Se trata de un alimento llamativo por su aspecto, predominando un color verde lima y una serie de protuberancias cónicas. Pero este superalimento también destaca por sus propiedades y los beneficios que genera en la salud.
Además, debido a su sabor suave con un tono amargo presenta una gran variedad de usos en el mundo de la cocina. En este sentido, se puede consumir a modo de ensalada, wok, en tempura, rehogada con ajos e incluso al horno con una pizca de sal.
Beneficios como superalimento
Una de las principales ventajas del consumo de este tipo de alimentos es que cuenta con un bajo contenido calórico. Es decir, es ideal para incluir en las dietas destinadas a perder peso o a mantener la línea. Además, también proporciona grandes beneficios a la salud.
Prácticamente el 90% de su composición es agua y apenas contiene grasa, siendo su aporte calórico mínimo. Pero también destaca por ser rica en minerales esenciales para el organismo, como el hierro, calcio, potasio, fósforo y magnesio.
Igualmente, este superalimento de la familia de las crucíferas es una importante fuente de fibra, por lo que se trata de un alimento favorable para evitar el estreñimiento y la retención de líquido. Además, su contenido en fibra le aporta poder saciante.
Vitaminas presentes en la romanesco
En otro orden de cosas, el romanesco es un tipo de verdura que también aporta buenas dosis de vitaminas claves para la salud. Concretamente, resalta su importante contenido en vitamina C, vitamina K y vitamina E.
Por cada 100 gramos de romanesco es posible cubrir las necesidades diarias del organismo de vitamina C, un nutriente de gran importancia para la salud de la piel y el correcto funcionamiento del sistema inmune.
Además, un superalimento como el romanesco también contiene importantes dosis de vitamina K. En este caso, se trata de una vitamina esencial para el organismo en general, aunque su relevancia se encuentra en la salud de los huesos y la circulación sanguínea.
Por su parte, la vitamina E ayuda a combatir los radicales libres por su capacidad antioxidante; al igual que ocurre con la vitamina C. Y es que los radicales libres son los causantes de enfermedades degenerativas en la mayoría de ocasiones.
Igualmente, el romanesco es un alimento de origen vegetal que también alberga en su composición diferentes vitaminas del Grupo B; las cuales participan en la producción de glóbulos rojos y la producción del ADN de todas las células.
Por último, no hay que olvidar un elemento crucial que se encuentra en este superalimento. Se tratan de los glucosinolatos, que generalmente están presentes en todos los alimentos crucíferos. Este tipo de compuestos ayudan al organismo a combatir las infecciones y reducir el riesgo de determinadas enfermedades, como el cáncer.