Silvia Pallarés tiene síndrome de Asperger o trastorno del espectro del autismo (TEA) sin discapacidad intelectual asociada. Ella reclama inversión en el diagnóstico temprano de este trastorno. «Puede que nosotros poseamos características que nos dificulten la vida en sociedad, pero lo que no se puede tolerar es que nos encontremos con un entorno incapacitante a lo largo de toda nuestra vida», ha afirmado.
Así lo ha defendido Silvia durante su intervención en el acto organizado por Autismo España, con motivo del Día Internacional del síndrome de Asperger. Dicho acto institucional ha tenido lugar en la sede del Defensor del Pueblo en Madrid. «Somos personas con muchas cosas que aportar a la sociedad, pero necesitamos de los apoyos adecuados para desarrollar nuestro potencial», ha recalcado.
En este sentido, ha hecho hincapié en la necesidad de disponer de los instrumentos «necesarios». Todo ello para que «nadie quede sin diagnosticar porque ni profesores ni médicos» se den cuenta de sus «peculiares características». O incluso «lo que es peor, pasen página como si no existiesen». Pallarés, licenciada en Ciencias Ambientales, fue diagnosticada a los 28 años, de modo que ha construido gran parte de su vida adulta sin saber qué le estaba pasando.
Tenía problemas para hacer amigos
Según ha explicado, en 2º de Primaria, fue consciente de sus dificultades para hacer amigos y acudió a la psicóloga de su colegio para contarle la situación. «Su respuesta fue: ‘Si tienes tanta dificultad para hacer amigos, el problema no lo tienen ellos. Lo tienes tú», ha destacado Silvia, que es madre de dos hijos gemelos.
Por su parte, Ignacio Pantoja ha puesto de relieve las dificultades que encuentran las personas con síndrome de Asperger a la hora de encontrar un empleo. «Cuando termino –la carrera de Biología– después de nueve años, no encuentro trabajo porque la gente no entiende lo que es mi discapacidad», ha relatado Ignacio, que cuenta con una carrera universitaria, un máster, una oposición aprobada y está cursando estudios de Farmacia.
«Estoy estudiando Farmacia, que es una carrera más difícil que la anterior, porque se dice que hay muy poco paro y tendrá salida. La cosa es cuánto voy a tardar porque yo tengo una depresión crónica bastante fuerte», ha contado Ignacio, de 35 años, que ha pedido a los partidos políticos que cuenten con ellos en la «lucha» de las personas con TEA. «Podemos hablar y defender nuestros derechos», ha recalcado, mientras que Silvia ha pedido «información» para la sociedad y «formación» para los profesionales educadores y sanitarios.
Reconocimiento específico del TEA
En el contexto de esta celebración, la Confederación Autismo España ha reclamado el reconocimiento específico del TEA, incluyendo el síndrome de Asperger, en los ámbitos administrativo y normativo, para garantizar el ejercicio efectivo de los derechos de las personas con Asperger. Para ello, ha lanzado la campaña ‘#HazEspacio’.
En concreto, la organización reivindica una mejora en el reconocimiento de las necesidades de las personas con síndrome de Asperger en los sistemas de valoración de la discapacidad y de la situación de dependencia, así como la incorporación del TEA de manera específica en la normativa española para garantizar «la eliminación de los vacíos existentes en la actualidad y acabar con las discriminaciones que sufre el colectivo en ámbitos como la educación o el empleo».
Según denuncia la organización, «todas las regulaciones que identifican a colectivos especialmente vulnerables relacionados con la discapacidad emplean la fórmula ‘personas con parálisis cerebral, personas con enfermedad mental, personas con discapacidad intelectual con un grado de minusvalía reconocido igual o superior al 33%’, quedando el colectivo TEA, incluyendo las personas con síndrome de Asperger, fuera de cualquier reconocimiento de derechos».
Por esta razón, Autismo España explica que la campaña ‘#HazEspacio’ pone el foco en el «esfuerzo» que hacen las personas con síndrome de Asperger «por encajar en estos entornos que no se adaptan a sus características y necesidades».
Sobre empleo
En relación con el empleo, la organización señala que muchas personas con síndrome de Asperger no disponen del certificado de discapacidad (que acredita tener un 33% o más de discapacidad), lo que les dificulta solicitar adaptaciones en el puesto de trabajo y les impide ser contratadas dentro del cupo del 2% de contratos de discapacidad al que están obligadas las empresas de más de 50 trabajadores. Respecto al empleo público, indica que tampoco pueden optar a las adaptaciones necesarias en los exámenes de las oposiciones.
«Reclamamos que, aunque las personas con síndrome de Asperger no dispongan de certificado de discapacidad, se garantice la adaptación de los procesos de acceso al empleo público y el posterior apoyo en el puesto, y que se reconozca específicamente a las personas con TEA como beneficiarias de los programas de empleo con apoyo», detalla Autismo España.
En materia la educación, denuncia que los alumnos con síndrome de Asperger, al no tener discapacidad intelectual asociada, quedan «excluidos» de las becas y ayudas para el alumnado con necesidades específicas de apoyo educativo.
Por ello, desde la entidad reclaman el reconocimiento específico de las personas con TEA como beneficiarias directas de esas ayudas, y la inclusión del diagnóstico de TEA en la convocatoria de las mismas como documentación acreditativa de la necesidad específica de apoyo educativo, en caso de no disponer de los certificados determinados en la convocatoria.