Las playas y piscinas de uso público deben de ser accesibles según la norma de accesibilidad. En el caso de playa, uno de los elementos que debe tener en cuenta para que esta circunstancia se dé, es la adquisición de productos de apoyo, entre la que está la silla de ruedas para la playa para que los usuarios con movilidad reducida puedan bañarse en el mar.
En muchos de los casos hay que solicitar cita para utilizar la silla o que te asistan al baño, motivo por el cual muchos usuarios desisten por utilizarlos e intentan poder tener una silla de playa en propiedad.
¿Que tipo de sillas para playas y piscina hay en el mercado?.
Podemos dividir el tipo de silla en 3 categorías. Las sillas anfibias asistida, las asistidas-propulsables desmontable y finalmente las autopropulsable.
En las sillas anfibias asistidas podemos encontrar la común que vemos en todas las playas y que flotan para que el propio usuario no necesite salirse de dicha silla para darse un baño y la otra es la silla que no flota pero permite su traslado hasta el mar. Se suele utilizar para estar en la orilla del mar y estar un rato agradable. También encontramos sillas tipo tumbonas que te permiten el baño desde la propia silla al instalar más ruedas flotantes.
Las asistidas-propulsables, son esas sillas que cubren las necesidades para poderse bañar sin salirse de la propia silla o salirse de ella y que a su vez la pueda desmontar en el maletero porque sus dimensiones lo permiten. Estas sillas suelen costar más caras por dichas características.
Y finalmente las propulsables. Estas sillas suelen parecerse a una silla de ruedas convencional, pero con la ventaja que no es oxidable. Además las dimensiones de sus ruedas permiten poder utilizarla con autonomía en terrenos irregulares y blandos. Si es tierra blanda de la playa, quizás necesitarás algo de ayuda para poder transitar por ella.