De nuevo en el punto de mira. De nuevo Ryanair en el ojo del huracán. No deja de ser noticia. Esta vez ha sido la falta de empatía. Sí: la falta de empatía para con sus pasajeros le ha colocado en el centro de la polémica después de que una joven de 16 años, que venía de una sesión de quimioterapia, no pudiera coger su vuelo de regreso a casa por llegar «demasiado tarde», según ha denunciado la familia de la joven al diario italiano La Nuova Sardegna.
Todo cobró una tensión desmedida en menos que canta un gallo. «Lo sentimos, pero hemos cerrado el embarque del equipaje hace unos minutos», fue la frase con la que la niña tuvo que ir a otro aeropuerto y volar con otra compañía para regresar a su casa el pasado lunes 18. Sin más ni más. Así de directo, así de inexplicable. Así de crudo. Una niña con quimioterapia que se encuentra impotente en una situación extrema.
Más datos al respecto. Según ha contado su tío, quien acompañaba a la menor y a su madre, los hechos se produjeron a las 05.45 horas de la mañana del pasado día 18 en el aeropuerto de Marconi en Bolona. Ahora ha querido sacar a la luz este entuerto. Esta nefasta experiencia.
Para llorar a moco tendido. La menor, enferma de cáncer, tenía que volver a su casa en la isla de Cerdeña después de terminar su tercera sesión de quimioterapia por un tumor, cuando la compañía le impidió embarcar en el vuelo que tenía que salir a las 06.50 horas y para el que la joven y su tío ya habían hecho el check-in on line.
Una situación del todo impredecible. Los dos se encontraban a las 06.10 horas frente al mostrador del operador cuando un trabajador de Ryanair les dijo: «Cerramos el embarque equipaje y no podemos hacer nada más». Gestos de sorpresa.El tío intentó explicarle sus circunstancias y las dificultades que tenían, así como que había renunciado previamente a la asistencia en el embarque, pero la empleada siguió diciéndoles que no podía hacer nada. ¿No podía hacer nada?
«Eran las 06.20, me coloqué allí, de nuevo frente al operador a quien le expliqué la situación una vez más. Miró en el monitor y después de unos minutos que se nos hicieron interminables nos dijo que deberíamos quedarnos en Bolonia hasta el miércoles, el primer día del vuelo para regresar a Alghero», ha explicado el tío.
«Les suplicamos un poquito de humanidad, que nos dieran la oportunidad de subir en el vuelo. Todas las respuestas eran negativas. Y mientras tanto ya eran las 06.35 horas. Aun así lo intentamos. Nos colocamos a las 06.40 horas en la puerta de embarque. Acababan de cerrar las puertas. El avión estaba al otro lado del cristal y todavía había pasajeros subiendo, incluso pasadas las 07.00 horas, pero fue inútil. Nuestro único error pudo ser no haber llegado una hora antes al aeropuerto, que es lo que se suele pedir cuando solicitas la asistencia al pasajero, pero renunciamos a ella en el check in on line. Entonces, ¿por qué no nos dejaron subir?«, se pregunta el tío de la joven.