El reparto de bienes, cuando fallece una persona, es un proceso que a veces se torna difícil para la familia. Si existe testamento, los trámites son menos complicados, ya que la voluntad del causante, está reflejada en este documento. Sin embargo, hay ocasiones en que esta gestión se hace tediosa, porque a falta de este, debe aplicarse lo dispuesto en la ley. En este segundo caso, es más habitual que exista conflicto por la disconformidad entre los herederos.
Por tanto, ¿Es mejor dejar testamento para evitar conflictos futuros entres tu seres queridos tras tu fallecimiento? La respuesta es que sí. Pues el testamento, recoge el deseo del causante en torno al destino de sus bienes. Además, al hacerlo, la persona puede pensar y decidir, dentro de lo que recoge la ley, si quiere beneficiar a algunos de sus herederos. Pues a falta de testamento, la ley dispone que los bienes sean repartidos a partes iguales entre los herederos forzosos.
Hablar de hacer un testamento es difícil mientras estamos vivos. Ponerse en ese escenario, es algo que conlleva tal carga emocional, que a veces preferimos eludirlo. Sin embargo, parece que cada vez más, los ciudadanos son conscientes de la importancia de afrontar este hecho. Pues en realidad, no deja de ser un documento para exponer tu voluntad. Además no hay que olvidar, que va en beneficio de tus seres queridos.
Cambio de testamento por parte de la viuda
El testamento es un acto personalísimo. Tanto es así, que en España no se permite hacer un mismo documento de manera conjunta. Tampoco está permitido dejar su formación, en todo ni en parte, al arbitrio de un tercero, ni hacerse por medio de comisario. Sin embargo, es un documento susceptible de ser modificado tantas veces como desee el testador, lógicamente, mientras este esté vivo. Pues es el único que puede cambiar su testamento.
Por tanto, una vez fallezca el causante, el testamento no podrá cambiarse bajo ninguna circunstancia. Esto deja claro que ni la viuda, ni ningún familiar o interesado, puede modificar el testamento una vez haya fallecido el causante. De hecho, en ocasiones pueden aparecer documentos que algún familiar quiera hacer constar como testamento. Al ser un acto notarial, esto tiene difícil recorrido. Pues es fácil demostrar si es verdadero o no.
Otra opción que puede darse, es que alguien presente un testamento escrito a mano. En este caso, si no cuenta con los requisitos que recoge la ley, tampoco será valido. Es decir, no es fácil que un heredo consiga pasar por bueno un testamento falso. De hecho, de ser demostrado este fraude, se enfrentará incluso a consecuencias penales.
La única salida que tiene un familiar, o en este caso la viuda, de mostrar su disconformidad con el testamento, es impugnarlo. Para ello, deberá interponer una demanda ante el juzgado y demostrar el motivo por el que considera que no debe llevarse a cabo lo expuesto en él. Este proceso es algo tedioso y no suele tener el resultado que el demandante espera. Pues si un testamento está bien hecho, prevalecerá a todas luces la voluntad ahí expuesta del fallecido.