La vitamina K es ese nutriente que nuestro cuerpo necesita para estar en condiciones. Sobre todo, en materia de circulación sanguínea, ya que es esencial para prevenir enfermedades.
Se conoce la vitamina K como la vitamina de la coagulación, ya que permite que la sangre coagule a través de nuestros vasos sanguíneos hasta nuestro corazón.
Además de ser importante para la coagulación de la sangre, también lo es para la salud de los huesos, algo que normalmente suele pasar desapercibido para nosotros.
¿Cuánta vitamina K debemos ingerir? Depende de las personas, de la edad y, sobre todo, del sexo de quien estemos hablando.
Según la etapa de la vida necesitaremos más o menos microgramos de vitamina K. En el caso de los bebés de 6 meses, lo recomendado es 2 microgramos.
De 14 a 18 años, unos 75; y para adultos de más de 19, al menos 120. En el caso de las mujeres, por lo menos 90 cuando sean mayores de edad.
No así en el período de embarazo o lactancia, donde no deberemos pasar los 90 microgramos de vitamina K. Si además somos adolescentes, 75.
Alimentos con vitamina K
Debemos ser capaces de prepararnos una dieta rica y equilibrada que nos permita ingerir una dosis suficiente de vitamina k de forma diaria.
También semanal. Pero no debes tener problema a la hora de poder encontrar alimentos que tengan este tipo de nutriente tan necesario para nuestro organismo.
Porque lo podrás encontrar en las hortalizas de hojas verdes como la espinaca, la col rizada, el brócoli o la lechuga.
Funcionan de forma natural y no sólo tendrás acceso a la vitamina k de sus propiedades, también a otras cualidades que nos ayudarán a mejorar nuestra presión sanguínea.
Los aceites vegetales son otro de los alimentos más que beneficiosos para nuestro organismo por sus amplias capacidades vasodilatadoras.
Hay, a su vez, algunas frutas como los arándanos azules o los higos que también colaboran estrechamente en garantizar la mejor salud cardiovascular posible.
Cierra esta sencilla pero recomendable lista de alimentos algunos productos como la carne, el queso, los huevos y los granos de soja.
En otro orden de cosas, cabe señalar qué tipo de personas pueden tener problemas a la hora de consumir suficiente vitamina K. ¿Sabes quiénes?
- Los recién nacidos que no han tenido una dosis de vitamina K en su nacimiento.
- Personas con trastornos como la fibrosis, la enfermedad celíaca o el síndrome del intestino corto.
- Personas que han tenido cirugía bariátrica.
Patologías contra las que lucha la vitamina K
Llega el quid de la cuestión, acerca de las enfermedades que previene la vitamina K. Especialistas hablan especialmente de la osteoporosis, ya que mantiene los huesos sanos.
Luego también está demostrado cómo si tenemos niveles bajos de vitamina K, tenemos más posibilidades de tener enfermedades coronarias, así que no dejes la vitamina a un lado.