La piel de gallina es uno de los efectos más curiosos que se producen en el cuerpo humano por diferentes razones y siempre sucede de forma ajena a nuestra voluntad. Porque no podemos controlarlo.
Se trata de una reacción natural que aparece de forma repentina cuando las personas sienten algún tipo de emoción incontrolable, especialmente de carácter fuerte, como puede ser un momento de estrés o desarrollando la más pura de las adrenalinas.
Hay determinadas situaciones como la piel de gallina a las que la ciencia pretende darle respuesta, debido a su interesante respuesta natural y humana. También por lo estético.
Porque todo el mundo llama piel de gallina a cómo se eriza la piel, aunque Johan Cruyff se empeñara en cambiarle el orden de las palabras y dijera «gallina de piel» a una de las frases más conocidas del fútbol.
A qué se debe la piel de gallina
La piel de gallina se activa con la contracción de los músculos erectores que forman parte del vello y, no sólo eso. Provoca que el aspecto de la piel cambie debido a que los poros se expanden.
Se eriza por tanto el pelo debido a un reflejo natural del ser humano cuando huele el peligro u otras situaciones embarazosas.
También suceden varias respuestas físicas a este tipo de contextos que no debemos obviar porque las conocemos de forma muy personal. Te dejamos varias:
- Aumenta nuestra frecuencia cardiaca, que podrían desembocar en fuertes dolores de pecho, o en los peores casos, algún problema cardiovascular.
- Se dilatan las pupilas, sobre todo cuando el estímulo se produce por una sorpresa inesperada.
- También se dilatan los vasos sanguíneos, y ocurre exactamente igual con los bronquios del pulmón.
- Hay un aumento considerable en la presión arterial, que es una de las grandes fuentes de emociones.
Así las cosas, hay que recalcar que el sistema simpático desarrolla la adrenalina y la noradrenalina, hormonas que aumentan de esta manera la presión sanguínea.
Escalofríos
El psicólogo Hugo Sánchez Castillo define la piel de gallina como “escalofríos” debido al estrés. Por lo que hay una “movilización de energía” en nuestro organismo y el resultado es la famosa “piel de gallina”.
Este reflejo puede suceder aunque no nos encontremos en una situación vulnerable, pero lo que es cierto es la sensación de hormigueo que palpita por la piel cuando tenemos la piel erizada.
Ahondando en la biología, se aclara que «la piel de gallina» puede ser entendida como una prueba palpable de la evolución humana, un estímulo ante las situaciones peligrosas de las que trata de defenderse. Algo parecido a lo que ocurre con el pez que ensancha sus aletas cuando ve amenaza de peligro.
Tal y como apunta la biología, la piel de gallina trata de elevar el calor corporal, ya que anteriormente las personas tenían mucho más vello y ahora no tanto y van más desprotegidas.