Ahorrar es uno de los objetivos de vida de la mayor parte de las personas independientemente de su situación económica. Por ello, en ocasiones hay quien se afana en buscar un truco super infalible que ayude en esta tarea. Sin embargo, como en muchas otras cosas en la vida, la respuesta a la pregunta ¿Cuál es el mejor secreto para ahorrar? No es solo sencilla, sino evidente.
Para ahorrar, hay que gastar menos de lo que se ingresa. Así de simple. Simple en definición, está claro que el problema es llevarlo a cabo. Pues en ocasiones, este hecho no depende de nosotros. Y es que con las continuas subidas de precios generalizadas, vivir es cada vez más caro, aunque no se cuenten con demasiados gastos extra.
Por tanto, encontrar el equilibrio entre lo que gastamos y lo que queremos ahorrar, es todo un reto. Pero, ¿Para qué ahorramos? Principalmente, por contar con un respaldo económico por si surge un imprevisto de cara al futuro. No obstante, en ocasiones también decidimos guardar un dinero con el objetivo de cumplir algún deseo.
Uno de los mejores trucos para ahorrar, es llevar un control exhaustivo de la economía familiar. Una forma de hacerlo es apuntando cada mes los gastos fijos y ajustar los variables con respecto a lo que se ingrese. Si es posible, es bueno apartar una pequeña cantidad mensual que será lo que se vaya ahorrando.
Ahorrar en dos sencillos pasos
Como hemos comentado antes, tener un control de nuestra economía es fundamental para poder ahorrar. En base a ella, podremos establecer el procedimiento que mejor nos conviene. Uno de los trucos más eficaces, una vez se desgrana qué parte de los ingresos se puede ahorrar, es establecer transferencias automáticas desde tu cuenta corriente a una cuenta de ahorro separada. De este modo, ese dinero no estará a ‘la vista’ para ser gastado.
Marcar un objetivo es otra de las claves para ahorrar. Y es que cuando tenemos claro el motivo de guardar ese dinero, es más difícil que lleguemos a tocarlo. Cierto es que en ocasiones, surgen imprevistos que hay que afrontar. En estos caso, ese dinero también será un alivia. Por tanto, márcate la meta que más te ilusiones. Esta puede ser desde la compra de una vivienda, un coche, una moto, o el pago de los estudios de tus hijos.
Invertir es una opción si sabes cómo hacerlo
Hasta ahora, hemos concebido la fórmula de ahorrar dinero de la forma más sencilla. Es decir, guardar una parte de lo que se ingresa. Esta es muy eficaz a largo plazo, porque te asegura tener un dinero extra para cumplir tus objetivos o si surge algún imprevisto. Sin embargo, para muchos, esto no es ahorrar.
Los considerados como grandes ahorradores, consideran que ahorrar no es solo saber cómo gastar menos, sino saber cómo generar riqueza de ese ahorro. Para ello, la apuesta más recurrente es la de invertir. Sin embargo, esto también conlleva unos riesgos. Pues si no controlas el grado de inversión, puedes conseguir el efecto contrario.
Entonces, ¿Cuál es el truco? mantener un buen equilibrio. Para ello, es fundamental no hacer grandes inversiones. En ocasiones, es mucho más eficaz invertir de forma más discreta aunque las ganancias sean menores. Es decir, lo ideal es realizar una inversión que sepamos que podemos asumir. De este modo, los beneficios quizás sean menores pero más seguros.