Ese es el debate que se ha generado en la Comunidad Valenciana tras el suceso ocurrido el pasado martes 16 de octubre en Valencia cuando un conductor de la EMT negó la posibilidad de desplegar la rampa del bus a una niña que iba en silla de ruedas.
Según la información que publicó la tía de la pequeña en redes sociales, un conductor de la línea 70 no bajó la rampa del autobús a una mujer que viajaba con una menor, escayolada de las dos piernas, para que ambas pudieran utilizar esa plataforma accesible para subir al medio de transporte con facilidad.
https://x.com/PalomaCasillas/status/1052235932886343680
Para sorpresa de Paloma Casillas (tía de la niña), el conductor le explicó que el motivo para no desplegar la rampa era que la niña «no era minusválida» y que «no cumple la normativa que nos obliga a bajar la rampa».
Esta noticia, ha trascendido tanto que, el concejal de Movilidad del Ayuntamiento de Valencia, Giussepe Grezzi, tuvo que salir en defensa del conductor a través de las redes sociales: «El chófer ha respetado escrupulosamente la normativa actual. El conductor está cumpliendo su deber, con el reglamento en vigor, desde mucho años atrás». Y, además, señaló: «Ahora mismo estamos modificando el reglamento para que no se tenga que padecer esto«.