Javier Gómez Noya es probablemente el mejor atleta de triatlón en la historia de España, una disciplina que maneja a las mil maravillas. Su última participación ha sido en los Juegos Olímpicos de Tokyo 2020, aunque en esta ocasión no ha podido lograr ninguna medalla.
No obstante, el palmarés de Gomez Noya es envidiable a sus 38 años. Infinidad de campeonatos de Europa, campeonatos del mundo y medallista olímpico. Y además, también es un luchador de la vida, pues tuvo que superar un grave problema cardíaco en su adolescencia.
Entre su palmarés figuran cinco campeonatos del mundo (2008, 2010, 2013, 2014 y 2015), cuatro campeonatos de Europa (2007, 2009, 2012 y 2016; y una medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Londres 2012.
Además de todos estos logros, llegó a ocupar el número uno del ranking de la ITU al final de nueve temporadas, del año 2007 al 2016. Un triatleta irrepetible en el deporte español.
Superar un problema cardíaco para ser campeón del mundo
Ya en edades inferiores, Javier Gómez Noya siempre mostró unas grandes cualidades para el triatlón, siendo por aquel entonces la gran promesa en España. Sin embargo, en 1999 le retiraron la licencia para competir debido a un problema cardíaco de gravedad.
No obstante, el español nacido en Basilea (Suiza) no tiró la toalla y decidió seguir peleando por sus sueños. Para él no cabía la posibilidad de abandonar un deporte que amaba y que prácticamente era su vida entonces.
Así, buscó otras opiniones médicas para volver a la competición y controlar ese tipo de problemas cardíacos. En este sentido, Javier Gómez Noya confiesa un gran agradecimiento al facultativo que confío en él. Aunque otra parte fundamental en su andadura como triatleta ha sido su familia, entrenador, rivales…etc.
Todos ellos han formado un grupo de conexiones que han perimido al histórico triatleta lograr todos sus éxitos. Todo influye en el entorno de cualquier deportista para alcanzar sus metas y Gómez Noya es consciente de ello.
Gómez Noya, historia de superación plagada de éxitos
Como la mayoría de los niños en España, el primer deporte que le llamó la atención fue el fútbol. Sin embargo, a los once años se cansó y un compañero de clase le animó a practicar natación en el Club Natación Ferrol. Fue entonces cuando conoció a su primer entrenador, José Rioseco, quién marcaría la carrera deportiva de Gómez Noya.
Con edades muy pequeñas, Javier Gómez Noya arrasaba en las competiciones de Galicia, consiguiendo ser campeón en las categorías de infantil, junior y absoluto en pruebas de crol y estilo. También participó en varias finales de campeonatos de España.
En el año 1998 conoció el triatlón como deporte gracias a unos compañeros que nadaban con él. Entonces decide competir y debuta en el triatlón olímpico de Castropol (Asturias). Así, sin prácticamente entrenar en los segmentos de carrera a pie y bicicleta, finalizó como segundo clasificado con solo 15 años.
Fue en ese instante cuando todos fueron conscientes del potencial de aquel joven nadador que arrasó en categorías inferiores en Galicia.
Pero en diciembre de 1999 todo se truncó en una concentración con la selección española juvenil de Madrid. Los médicos del Consejo Superior de Deportes (CSD) le diagnosticaron una anomalía cardíaca y le retiraron la licencia para competir a nivel internacional
Mientras tanto sigue compitiendo a nivel nacional y busca el apoyo de especialistas de cardiología de todo el mundo para volver a recuperar la licencia internacional.
Finalmente, en noviembre 2003, Gómez Noya recupera la licencia tres semanas antes de la celebración del Campeonato del Mundo Sub-23. Acudió a Nueva Zelanda y consiguió ganar el campeonato. El resto es historia, Don Javier Gómez Noya.