Una multa es un castigo que se impone por cometer una infracción. En este caso, es la Dirección General de Tráfico (DGT) la encargada de regular qué comportamientos al volante son sancionables y en qué consiste dicha sanción. Por norma general, las multas de tráfico conllevan sanciones económicas y retirada de puntos. No obstante, la normativa está regulada según la gravedad de la infracción. De hecho, una falta grave puede conllevar la retirada del carnet e incluso penas de prisión.
La seguridad en la carretera no es un juego. Por ello, la DGT pone todos sus esfuerzos en mejorar las medidas de seguridad en las carreteras y disminuir así, el número de accidentes de tráfico. Según los datos, las infracciones que más se siguen cometiendo son las de rebasar los límites de velocidad, usar el teléfono móvil cuando vamos al volante y la peligrosa acción de conducir cuando se ha ingerido alcohol. Por ello, la DGT ha introducido nuevas sanciones en 2023.
A pesar de que el objetivo final de la DGT es velar por la seguridad de todos los usuarios de la carretera, lo que más sigue preocupando al usuario es la multa que pueda recibir. Un dato curioso si se tiene e cuenta que si no se comete ninguna infracción, lo normal es que no seas sancionado. Por lo tanto, la mejor forma de evitar que nos pongan una multa es ser responsables y cumplir con el reglamento de tráfico establecido para tal fin.
Las multas de la DGT también prescriben
Cuando cometes una infracción y te multan con una sanción económica, normalmente existen dos posibilidades. En primer lugar, pagarla dentro de los 20 primeros días desde que te notifican la multa y abonar así, solo el 50 por ciento de la cuantía. Por otra parte, si te pasas de esos 20 días o quieres alegar la sanción, deberás pagar lo impuesto en su totalidad. Sin embargo, existe una tercera opción menos habitual: que prescriba. Una multa de tráfico puedes prescribir por dos razones:
Si prescribe la notificación
Un error habitual es el de pensar que el periodo de sanción comienza cuando se comete la infracción. No es así. Dicho periodo comienza cuando la administración pertinente, en este caso la DGT, nos notifica la multa. De hecho, hay ocasiones en que no sabemos que nos han multado hasta que recibimos la nota de sanción. Esto ocurre por ejemplo, con el exceso de velocidad en carretera detectado por un radar.
La Ley sobre Tráfico, Circulación de Vehículos a Motor y Seguridad Vial, marca los plazos establecidos para que la DGT te notifique la multa antes de que prescriba. Este periodo depende de la gravedad de la infracción. En base a esto, si se trata de una infracción leve, el organismo pertinente dispone de un plazo de 3 meses desde el día que cometiste la infracción, para notificarte la multa. Sin embargo, si hablamos de una infracción grave, este plazo se extiende hasta los 6 meses.
Si prescribe la sanción
Si se ha recibido la notificación de la DGT de que has sido multado dentro de los plazos anteriormente descritos, significa que la multa está activa y debes abonarla. Sin embargo, si te demoras en el pago y nadie te la reclama, pasados cuatro años la sanción habrá prescrito. Este plazo es tan amplio por tratarse de una sanción económica, pues por norma general, las sanciones prescriben en un año. No obstante, es muy extraño que la DGT no te reclame ese dinero durante cuatro años, por lo que lo mejor, es pagar cuanto antes y ahorrarte el 50 por ciento de la multa.