Hablar de testamento no tiene por qué ser sinónimo de hablar del fallecimiento de una persona. En esencia, esa es la circunstancia que se tiene que dar para el reparto de una herencia. Sin embargo, el proceso sería más fácil si se viese como un acto mediante el cual, organizar y facilitar ciertas gestiones que eviten problemas familiares en el futuro.
Si este tema se naturalizara, podría informarse a los seres queridos acerca de ciertas cuestiones sobre las que podemos tener preferencia. Es más, se podría acordar con la familia decisiones como qué decidir en caso de caer enfermo y perder la capacidad de comunicarse. Decírselo a la familia e incluso plasmarlo en un testamento vital, puede evitarle ese mal momento a los allegados.
Hay que ser conscientes de que hay procesos que son más duros de afrontar una vez fallezca la persona. Sin embargo, en ese momento ya serán de obligado cumplimiento. Por eso, pensar antes en qué queremos que ocurra con nuestra herencia e incluso plasmarlo de manera oficial en un testamento, puede ser beneficioso a la larga.
Además, de esta forma, todos tenemos la oportunidad de pensar detenidamente el fin de realizar un testamento e instar a que se redacte de la mejor manera para que llegado el momento, se lleve a cabo. De cualquier forma, lo que está claro es que otorgar testamento, es un trámite beneficioso para todas las partes.
¿Es posible acceder a todos los testamentos de una persona?
Lo primero que hay que tener en cuenta, es que otorgar un testamento es un acto personal, voluntario y que debe realizar el testador de forma individual. De hecho, si lo hace en presencia de un notario, no necesita ni informar a alguien de su entorno. Por tanto, no es inusual que la familia desconozca si un fallecido realizó este acto antes de fallecer.
Por tanto, una vez fallece una persona, el primer dato relevante que se debe averiguar es precisamente este, si otorgó testamento. Para ello, los herederos deben solicitar el Certificado de Últimas Voluntades. Este debe solicitarse una vez transcurridos 15 días hábiles desde el fallecimiento. En este documento, se aportará la información acerca de si existe testamento, cuántos realizó el causante y ante qué notario o notarios lo hizo.
El Certificado de Últimas Voluntades es uno de los documentos más importantes para comenzar a tramitar una herencia. De este depende el resto del proceso. Pues si el causante otorgó testamento, el trámite transcurrirá entorno a este acto. Sin embargo, si no existe dicho documento, la partición de herencia deberá llevarse a cabo conforme dispone la ley.
Quién accede a este documento
Cabe señalar, que una persona puede hacer a lo largo de su vida tantos testamentos como estime oportuno. No hay que olvidar, que la vida no es estática. Las circunstancias, las relaciones y el pensamiento de una persona evoluciona, y puede sufrir cambios que puedan ser relevantes para este acto. Por ejemplo, tener hijos, adquirir bastante patrimonio o tener una mala relación con un pariente.
Sin embargo, a pesar de que los herederos pueden conocer cuántos testamentos realizó el fallecido, solo podrán tener acceso al último. Además, si una persona, creyéndose heredero, solicita un testamento y este no aparece en el mismo como sucesor, no tendrá derecho a conocer su contenido. Es decir, solo los herederos tienen acceso al contenido de un testamento.