La herencia es el conjunto de bienes, derechos y obligaciones de una persona que no se extinguen con su muerte. Esto significa, que conlleva una serie de responsabilidades a las que hacer frente llegado el momento. Por este motivo, hay ocasiones en que una persona con discapacidad necesita que le sea nombrado un tutor legal. Este tutor legal, es el encargado de representar legalmente a la persona incapacitada de forma estable y cuando sea necesario.
Cabe señalar, que una persona se considera incapacitada jurídicamente cuando así es dictado por un juez mediante sentencia. Con esta resolución, el juez niega la capacidad de obrar, ejercer derechos, cumplir obligaciones y realizar con eficacia y dotar de validez los actos jurídicos de una persona. Además, este deberá nombrar un tutor que le represente. Esta actuación es necesaria para proteger a la persona con discapacidad, especialmente, en casos como el reparto y gestión de una herencia.
Es importante tener claro que una persona con una discapacidad jurídicamente declarada, no tiene por qué estar incapacitada. Para considerar a una persona incapaz, esta debe sufrir enfermedades o deficiencias tanto de carácter físico como mental, que le impidan gestionar ciertas situaciones por sí misma. Si la persona con discapacidad tiene las facultades que un juez considera importantes para ser autosuficiente en aspectos legales sin que su protección corra peligro, no tiene por qué estar incapacitado.
La figura de tutor legal de una persona con discapacidad
Aunque el nombramiento del tutor lo hace un juez, hay vías mediante las cuales se puede indicar quien queremos que ocupe ese papel. Por ejemplo, en el caso de un padre con un hijo con discapacidad, este podrá disponer en su testamento quien quiere que sea el tutor legal de su hijo cuando él fallezca. Existe otra posibilidad, y es que una persona prevea que pueda ser incapaz en el futuro. En este caso, también puede acudir a un notario y designar formalmente esta figura.
El tutor legal no tiene por qué ser familia. Eso sí, se recomienda que sea una persona de confianza y que guarde una relación cercana con la persona incapacitada. Esto es importante porque esta será la persona de velar por el bien de la persona con discapacidad e incapacitada. No obstante, si no existe un documento oficial en el que se designe a un tutor legal, la ley establece un orden. Eso sí, el juez puede variar este orden si considera que esa medida beneficia al incapaz.
- En primer lugar, estará la persona designada por el incapaz si pudo prever esta situación y nombrarlo antes de estar incapacitada.
- En segundo lugar, será el cónyuge (Si lo hubiera).
- En tercer lugar, los progenitores y tras ellos, la persona que estos hayan designado mediante testamento.
- Finalmente, podrán ser nombrados tutor legal los descendientes o hermanos.
Función del tutor legal de una persona con discapacidad en una herencia
La función del tutor legal de una persona con discapacidad en una herencia es cuidar y velar por los intereses de este. Es decir, ocupar esta figura conlleva una serie de obligaciones. Entre ellas, se encuentra la de administrar los bienes heredados y responder ante posibles daños. No obstante, la ley establece una serie de ‘controles’ para asegurarse de que este fin se cumpla de manera rigurosa. Entre ellos, el tutor legal tiene la obligación de entregar un inventario de su patrimonio y, al finalizar el periodo de tutela, tendrá que presentar el informe de rendición final de cuentas.
Además, el tutor legal debe presentar un informe anual en el juzgado que refleje su situación económica. De este modo, se coarta la posibilidad de abusar de esta posición ante los bienes de la persona con discapacidad. En esta línea, cabe señalar que el tutor legal también tiene que aceptar ciertas restricciones. Entre ellas, debe saber que no puede vender, donar o ceder la propiedad de inmuebles ni renunciar a herencias donaciones o legados en su nombre.