El autismo o Trastorno del Espectro Autista (TEA) es un trastorno neurobiológico del desarrollo que afecta a una persona, que presenta deficiencias persistentes en la comunicación y en la interacción social. Además, dicho sujeto también tiene patrones restrictivos y repetitivos de comportamiento, intereses o actividades.
El autismo es un trastorno que tienen, de alguna manera, 60-70 personas de cada 10.000. Este trastorno se manifiesta durante los tres primeros años de vida y perdurará a lo largo de todo la vida del individuo, ya que no tiene cura.
Como hemos indicado, uno de los problemas que tienen las personas con autismo es que se enfrentan a problemas en sus relaciones sociales, de comunicación y de comportamiento. Dichas dificultades para socializarse pueden ser leves o graves, dependiendo del sujeto en cuestión, ya que a cada persona le afecta de diferente forma.
Las personas con autismo cuentan con una habilidad limitada a la hora de comunicarse y relacionarse con el resto, ya que tiene inconvenientes para emplear o entender el significado de la comunicación verbal y no verbal.
Cómo comunicarme con una persona con autismo
Por todo ello, en este artículo vamos a contar varios consejos a la hora de ponernos en contacto y comunicarnos con una persona con autismo. Siguiendo los consejos de la psicóloga Diana Benhumea Rojas, que se publicaron en el medio Milenio.
En primer lugar, destaca que para poder comunicarnos con las personas con TEA alguna vez habrá que repetir en varias ocasiones la información. El motivo es que a veces la persona con autismo presenta dificultades para concentrarse en la información que reciben.
Además, tenemos que tener en cuenta que las personas con autismo suelen tomar las cosas literalmente, por lo que el mensaje debe ser claro y directo, dejando de lado la ironía, el sarcasmo o las metáforas. A las personas con TEA les es difícil reconocer el lenguaje no verbal y suelen tomar las cosas literalmente, aunque sean exageradas o mentiras. Por eso es muy importante ser claros a la hora de comunicarnos.
La sensibilidad que la persona con autismo presente a algunos sonidos, texturas, olores o intensidad de la luz harán que tengan una percepción sensorial diferente al resto. Por ejemplo, cuando buscan un espacio más íntimo, no tenemos que molestarlo. En este caso es mejor respetarlo, ya que es probable que alguna situación les haya generado ansiedad o angustia.
Un lenguaje no verbal diferente
Otro de los aspectos que menciona la psicóloga Diana Benhumea Rojas es que tenemos que sensibilizarnos a que las personas con autismo tienen diferentes usos de la postura, tono de voz y gestos. Es decir, el lenguaje no verbal que utilizan no lo sintonizan con su lenguaje verbal. Algo que les lleva a una distinta apreciación de las situaciones sociales y la empatía.
En estos casos, lo mejor es preguntarle de buena manera lo que estamos observando y no nos ha quedado claro. Hay que recordarles algunas reglas sociales, así como explicarle la situación de la forma más clara posible.
Por último, también es importante añadirle información respecto al «contexto» en el que están. Todo ello, como asegura la experta, para ayudarles a saber a que se está haciendo referencia en ese caso.
La comunicación en niños con autismo
Diana Benhumea Rojas también presenta en Milenio consejos a la hora de comunicarnos con niños con autismo. Si en casa hay niños con TEA, asegura que lo primordial es establecer un ambiente lo más estructurado posible. Esto permite al menor anticipar partes de la rutina o situaciones con las que se va a encontrar en el día a día.
A la hora de comunicarnos con los pequeños con autismo, debemos colocarnos a su altura e intentar tener un contacto visual. También es importante, si el niño lo permite, el contacto físico, tocando su mano, su hombro…
Al igual que con los adultos, el lenguaje se debe caracterizar por ser claro y puede ir acompañado de gestos sutiles y que estén en sintonía con el lenguaje verbal. Como es obvio, no se deben de utilizar la ironía, el sarcasmo o las metáforas. Para facilitar el lenguaje verbal, nos podemos apoyar en el uso de algún juguete o instrumento.
Para los menores, es conveniente practicar conversaciones de diferentes situaciones y con diferentes familiares. Si el pequeño con autismo toma la iniciativa en una conversación, debemos reforzarlo positivamente con el objetivo de potenciar su conducta comunicativa.
La psicóloga le da importancia a que el pequeño sepa y pueda pedir ayuda cuando intente solucionar algún problema no lo logre. De esta manera se le invita a relacionarse con otras personas.
Por último, destaca que cuanto antes inicie el tratamiento una persona con autismo, mejor será el pronóstico. Esto es algo que ya hemos comentado con anterioridad, ya que además de favorecer a su comunicación, el pequeño tendrá apoyo a la hora de solucionar sus problemas de comportamiento, gestión de emociones, relaciones sociales…