La dieta mediterránea se instauró en Europa hace muchos años, pero no se la tuvo en cuenta como una alimentación saludable hasta la década de los 50-60. Cuando se comenzó a observar que los habitantes de esta zona de Europa sufrían menos enfermedades y tenían más esperanza de vida que las poblaciones de otras partes de Europa.
Fue en ese momento cuando se empezó a estudiar más a fondo la dieta que llevaban las personas de esta región, y llegaron a la conclusión de que los alimentos que allí se consumían eran más saludables que los de otras partes del mundo. Pronto se vieron beneficios en la dieta mediterránea para prevenir enfermedades cardiovasculares, la obesidad o el colesterol.
En España es muy fácil hacernos con cualquier alimento que esté dentro de este tipo de dieta, ya que a diferencia de otros países como Estados Unidos o en países del norte de Europa los tenemos al alcance de nuestra mano.
La dieta mediterránea: una dieta aconsejada por los expertos para prevenir enfermedades del corazón
La dieta mediterránea se basa en el consumo de alimentos de origen vegetal y provenientes de la naturaleza. Esta es rica en vegetales, legumbres, granos enteros, frutos secos y semillas y aceite de oliva. Este último un ingrediente fundamental en la cocina de cualquier persona que lleve una alimentación basada en la dieta mediterránea.
La base principal de cualquier comida en este tipo de dieta, son los ingredientes de origen vegetal. Las carnes rojas solo está recomendado su consumo ocasional, lo que hace que evitemos todos los problemas que trae su consumo excesivo. Además, los huevos, la leche y las aves también están indicados para consumirlos ocasionalmente. Reinando los vegetales y las semillas en los platos pertenecientes a la dieta mediterránea.
Por otro lado, cabe destacar que los productos que aquí se encuentran gozan de tener en su composición grasas saludables. Evitando ingerir así grasas saturadas o trans, que son las que nos van a ayudar a desarrollar enfermedades del corazón. De hecho, el aceite de oliva es un tipo de grasa monoinsaturada. Y se ha comprobado que ayuda a reducir el colesterol y las grasas dañinas de nuestro cuerpo.
El pescado es, al igual, un producto que puede aportarnos grasas saludables a nuestro cuerpo y que además son una gran fuente de omega-3. Lo que hará que nos evite inflamaciones y nos ayudarán a reducir los triglicéridos y reducir los coágulos sanguíneos.
Ayuda a prevenir la obesidad ya que cuenta con un aporte calórico bajo y grasas saludables
Un hábito de vida saludable para cualquier persona incluye llevar una alimentación basada en la dieta mediterránea, y realizar ejercicio físico regularmente. De hecho, muchos profesionales aseguran que para prevenir la obesidad aconsejan implantar en el día a día este tipo de dieta.
Y es que todos los productos que se incluyen en la dieta mediterránea van a aportarnos más beneficios que contraindicaciones si sabemos cocinarlos de la forma correcta. El uso del aceite de oliva para preparar cualquier comida es esencial si queremos que sea saludable.
La dieta mediterránea se considera un tipo de alimentación equilibrada y variada. Además, en su elaboración vamos a evitar cualquier tipo de producto que haga que esto sea perjudicial para nuestro cuerpo. Como por ejemplo cualquier tipo de salsa, un exceso de grasas o aceite refinado.
Los productos van a ser siempre frescos y naturales, y se recomienda que al día comamos unas 5 o 6 piezas de fruta en las horas donde nuestro cuerpo pide más azúcar. Como por ejemplo a media mañana o a la hora de la merienda.