Poder acceder a una pensión de la Seguridad Social es una garantía para el futuro. Y es que las pensiones son prestaciones económicas pensadas para cubrir las necesidades de las personas que los necesitan, en base a una circunstancias y requisitos específicos. De este modo, pueden concederte una pensión por no estar en situación de desempleo, por tener una incapacidad o por haber llegado a la edad de jubilación.
Por tanto, son mensualidades que recibe el beneficiario como compensación a un tiempo en el que han trabajado y que en la actualidad, no pueden seguir trabajando, no encuentran empleo o ya, no les corresponde, como pasa con la jubilación. Sin embargo, hasta hace poco, existían empleos donde no era posible acceder a esta compensación económica.
Hablamos de los empleados y empleadas del hogar. Un término que suele darse en femenino, debido a que son fundamentalmente las mujeres, las que aun siguen en su mayoría desarrollando esta actividad. Pues bien, hasta hace poco más de un año, no era obligatorio que estas trabajadoras, estuviesen dadas de alta en la Seguridad Social.
El problema es que hasta que no ha llegado la obligación de tener a estos trabajadores dados de alta en la Seguridad Social, no tenían el derecho a poder acceder a prestaciones o subsidios por desempleo. Del mismo modo, era imposible para ellas retirarse percibiendo una pensión de jubilación, con lo cual, muchas dejaban de trabajar más tarde de los establecido. Sin embargo, esto ha cambiado.
PENSIÓN DE LA SEGURIDAD SOCIAL PARA LOS AMOS Y AMAS DE CASA
Las amas de casa, y los amos, aunque siguen siendo en su mayoría mujeres, son las personas responsables de llevar a cabo todas las tareas de su casa. Una actividad compleja y sin descanso que sin embargo, no cuenta con ningún tipo de cotización. Y esto es una realidad. Tras pasar toda una vida realizando los quehaceres del hogar, y cuidando tanto de los hijos, parejas, como de padres y abuelos, no han recibido ninguna compensación económica.
Una tarea difícil y a jornada completa, que ni se ha valorado en lo personal, ni mucho menos en lo económico. Pues todas esas personas que han renunciado a otra actividad laboral para llevar a cabo este empleo en el núcleo de sus hogares, no han recibido nunca compensación económica por ello, ni pensión para retirarse.
Sin embargo y afortunadamente, esto está cambiando. Y es que en la actualidad, el Estado contempla en su sistema de pensiones, una prestación no contributiva dirigida a estas personas. No obstante, para poder acceder a ella, deben cumplir con una serie de requisitos establecidos en el sistema de pensiones.
REQUISITOS PARA ACCEDER A ESTA PRESTACIÓN
La pensión de jubilación es una prestación económica que reciben todas aquellas personas que llegados a una determinada edad establecida, deben dejar su actividad profesional. Además, deben haber cotizado una serie de años a la Seguridad social. De este modo, esta paga mensual viene a sustituir sus ingresos para que puedan seguir manteniendo su bienestar y calidad de vida.
Sin embargo, personas como los amos y amas de casa, no tienen derecho a este tipo de prestaciones debido a que su actividad profesional, no era objeto de cotización en la Seguridad Social. No obstante, existe una pensión a la que pueden acceder, siempre y cuando, cumplan con los siguientes requisitos:
- No tener derecho a beneficiarse de la pensión contributiva de jubilación.
- Tener cumplidos los 65 años.
- Ser ciudadano español o tener residencia legal en España: al menos durante 10 años, de los cuales dos tienen que haber sido consecutivos e inmediatamente anteriores a la fecha en la que se solicita la prestación.
- No tener ingresos superiores a los 6.784,54 euros anuales.