Los alimentos probióticos son una impresionante fuente de beneficios para nuestra salud. Estos microorganismos permiten mantener nuestra flora intestinal en niveles adecuados, mejorando la digestión y el tránsito intestinal. Por esta razón, desde Tododisca vamos a hacer un listado con los 10 alimentos probióticos más saludables y que más aportan a nuestro cuerpo.
Cuando nos referimos a los probióticos naturales, estamos hablando de los microorganismos vivos que viven en muchos alimentos sin que tengan que añadirse artificialmente. Consumir probióticos naturales, permite añadir microorganismos vivos a nuestro cuerpo, los cuales resultan muy beneficiosos y saludables.
Lo ideal sería incluir en nuestra dieta alimentos probióticos que sean naturales. En España, tenemos la suerte de poder tener al alcance de la mano productos que forman parte de la saludable dieta mediterránea. Donde las aceitunas, los encurtidos y los yogures constituyen la raíz de la alimentación diaria enfocada a este estilo de vida.
La Organización Mundial de la Salud considera que los probióticos son «microorganismos vivos que, cuando son suministrados en cantidades adecuadas, promueven beneficios en la salud del organismo». Por lo tanto, los probióticos y sus beneficios juegan un papel fundamental en nuestra flora intestinal o microbiota.
La microbiota humana está formada por un montón de bacterias vivas que se encargan de nuestra salud intestinal y evitan el desarrollo de enfermedades. Cuando tomamos alimentos con probióticos naturales estamos introduciendo directamente esos microorganismos vivos muy beneficiosos para nuestra salud. Nos ayudan a tener digestiones ligeras, mejoran nuestro sistema inmunológico, ayudan a la desintoxicación de toxinas del cuerpo. Es decir, nos ayuda a mantener el metabolismo equilibrado.
10 alimentos probióticos naturales imprescindibles
Estos son los alimentos con probióticos más recomendados por los expertos para introducirlos en nuestra rutina alimenticia:
Yogur
El yogur es, sin duda, uno de los alimentos ricos en probióticos más consumido en todo el mundo. Sin embargo, no vale cualquier yogur que compremos en el supermercado, pues para contener estos microorganismos vivos han de ser naturales, sin que hayan sido pasteurizados.
Aceitunas y encurtidos
Cuando comemos aceitunas, pepinillos y demás curtidos estamos ingiriendo levaduras y bacterias vivas que nacen durante el proceso de fermentación de estos vegetales. Por lo tanto, su consumo se aconseja para proteger la microbiota.
Queso crudo
El queso hecho con leche cruda, es decir, no pasteurizada, es bastante rico en probióticos. Al igual que le pasa al yogur, el queso crudo posee mayores ventajas probióticas que el extraído de la vaca.
Microalgas
Las microalgas son una fuente de nutrientes y probióticos. Las más conocidas son la espirulina y la chorella, dos algas que se pueden encontrar en polvo, deshidratada, e incluso en pastilla. Para introducirlas en nuestra dieta debemos añadirla en sopas, caldos o ensaladas.
Miso
La sopa de miso es uno de los platos más conocidos de la comida asiática. El miso es una especie de pasta fermentada de soja, sal y koji (arroz con un hongo que hace la fermentación) que tiene su origen en China. Lo ideal es añadir un poco de pasta de miso en la sopa para lograr los beneficios de los probióticos. Es importante que la sopa no llegue a hervir, sino estaríamos acabando con los probióticos vivos que conviven en el miso.
Kimchi
El kimchi se logra a partir de la fermentación de vegetales, sobre todo de la col. En Corea suele consumirse con cierta frecuencia, siendo el acompañamiento de carnes y pescados. A este se le añade ajo y pimiento, de ahí su sabor picante y que le diferencia del chucrut.
Kéfir
El kéfir es otro lácteo que se obtiene mediante la fermentación de ciertas levaduras y bacterias. Procede de Turquía y Rusia, siendo el kéfir de leche uno de los más populares. Este es un alimento muy similar al yogur, aunque su elaboración es más simple y está dotado de una mayor diversidad de microorganismos.
Chucrut
El chucrut es uno de los probióticos más conocidos. Este se lleva a cabo fermentando repollo o col blanca. Es muy común en Alemania y otras regiones centro-europeas. Su sabor es ácido e intenso y tiene una textura muy crunchy. Es importante que no haya sido pasteurizado para poder beneficiarnos de las bacterias de este alimento.
Kombucha
Esta bebida, pese a que pueda ser una gran desconocida para muchos, es una bebida que cuenta con una gran tradición milenaria. La kombucha es una bebida probiótica elaborada a base de té fermentado por un grupo de microorganismos llamado Scoby.
Tempeh
Este alimento procedente de Indonesia, es un probiótico procedente de la fermentación de la soja. Puede comerse crudo en ensaladas, salteado u horneado. De hecho, es el sustituto perfecto de la carne en dietas veganas.