El expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero ha asegurado que “no habrá una política progresista en un país de derechos humanos si no se pone en el epicentro las políticas de acción positiva, de integración, de coadyuvar a los derechos de las mujeres con discapacidad”, en relación al proceso de reconstrucción social y económico.
En estos términos se ha referido Zapatero durante el webinario sobre el papel de las mujeres con discapacidad en la reconstrucción de España tras el coronavirus, organizado por la Fundación CERMI Mujeres (FCM) en el marco de su ciclo ‘No estás sola’.
Para hacer frente al momento actual, en el que se plantean retos trascendentales, el expresidente del Gobierno ha considerado oportuno que las empresas y las administraciones fomenten la contratación de personas con mayor nivel de discriminación, como son las personas con discapacidad y, dentro de este sector, las mujeres con discapacidad.
A su vez, Zapatero se ha mostrado “confiado” y “esperanzado” en el progreso tecnológico a la hora de “combatir las desigualdades, superar barreras y erradicar las discriminaciones”. Así, ha solicitado a las compañías tecnológicas mayor compromiso en el desarrollo de un plan Latinoamericano de dotación de medios, que permita el incremento del bienestar de las mujeres con discapacidad. “Es su momento, tienen que aportar a la reconstrucción”, ha comentado.
En paralelo, Zapatero también ha ensalzado la trayectoria y la labor de la FCM, que “ha trabajado intensamente de la mano de otras entidades para sensibilizar, visibilizar y crear conciencia social sobre la situación de las mujeres con discapacidad”.
Unidad, coordinación y trabajo en red
Previamente, han intervenido la vicepresidenta tercera de Igualdad, Recursos Humanos, Cultura Institucional e Inclusión Digital del Consejo General de la ONCE, Patricia Sanz; la coordinadora de la Comisión de Mujer del CERMI Madrid, Mayte Gallego; Carmen Arana Romero, de Tengo Esclerosis Múltiple y Qué (TEMIQUE); la especialista sobre Discapacidad y Derechos Humanos de la Organización de Estados Americanos Pamela Molina, y la experta del Comité de los Derechos de las Personas con Discapacidad de Naciones Unidas, Amalia Gamio.
Para iniciar el proceso de reconstrucción, Sanz ha incidido en la necesidad de pensar en “positivo”, puesto que hay organizaciones, como la ONCE, que creen en “la capacidad de las mujeres con discapacidad” y ya están desarrollando proyectos específicos para este sector de la población.
No obstante, a su juicio, esta determinación también debe darse a nivel individual. “Tenemos que empezar a prepararnos y a organizarnos, ya sea en la formación, la búsqueda laboral o el asesoramiento, y fijarnos objetivos a corto, medio y largo plazo”, ha sostenido.
Por su parte, Gallego ha animado a las mujeres con discapacidad a ser “fuertes” para hacer frente a las adversidades presentes a raíz de la pandemia. “Seremos las más afectadas, pero nuestra unión nos hará seguir adelante”, ha expresado, al tiempo que ha recordado los logros obtenidos en los últimos años gracias al compromiso de las mujeres con discapacidad.
La importancia de la Reconstrucción social
En este sentido, ha resaltado la importancia de llevar a cabo en este periodo de reconstrucción social y económica estrategias que cuenten con una perspectiva de género. Para ello, las administraciones tendrán que “facilitar la participación de las mujeres en la toma de las decisiones”, puesto que “somos las que tenemos un mayor riesgo de exclusión”.
Esta necesidad de incrementar los espacios de participación también se ha trasladado dentro de las propias entidades de discapacidad, donde Arana identifica la pérdida de visibilidad de las mujeres a medida que “la organización tiene mayor relevancia”.
“Es muy importante que mujeres con discapacidad estemos en los grupos que definen la nueva normalidad, para que se aporte nuestro punto de vista”, ha sostenido. La violencia machista, la formación en nuevas tecnologías o la atención médica son algunos de los temas pendientes que ha identificado durante su intervención respecto a las niñas y mujeres con discapacidad.
Tras esta crisis, Molina augura un aumento significativo de la brecha y ha lamentado la “evidente” falta de oportunidades que tienen las mujeres con discapacidad y así demostrar su talento. “Tenemos que desafiar la estructura de desigualdad. Ahora tenemos que desestructurar esta naturalización de la discapacidad”, ha indicado.
Para evitar que nadie quede atrás, Gamio ha planteado llevar a cabo acciones a largo plazo que impidan el avance de las desigualdades e implementar de forma más contundente la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, ya que durante la pandemia ha quedado patente el incumplimiento de este instrumento internacional de derechos humanos.