Comer pescado graso como el atún, el salmón o las sardinas, también conocido como pescado azul porque contiene al menos un cinco por ciento de grasa, puede tener importantes beneficios para la salud, especialmente para las personas con problemas en el metabolismo de la glucosa o enfermedad coronaria, que, según una nueva universidad estudio del este de Finlandia, comer este pescado aumenta la fluidez de la membrana celular, reduciendo así el riesgo cardiovascular.
Comer pescado azul reduce el índice lipofílico, que se considera un indicador de la fluidez de la membrana celular, y un índice lipofílico bajo indica una mejor fluidez de la membrana. Asimismo, una mejor fluidez de la membrana se ha relacionado con un menor riesgo cardiovascular.
En un estudio reciente publicado en Nutrition, Metabolism & Cardiovascular Diseases, un índice de lipofilia bajo se asoció con un mayor tamaño medio de partículas de lipoproteínas de alta intensidad (HDL) y una mayor concentración de partículas de lipoproteínas de alta intensidad (HDL). HDL grande, lo que sugiere un beneficio cardiovascular.
El índice lipofílico se introdujo para describir la fluidez de la membrana, que puede alterar la función de las células y las proteínas unidas a la membrana. La longitud y la saturación de las membranas con ácidos grasos afecta la fluidez de la membrana. Por ejemplo, los ácidos grasos en los lípidos séricos o las membranas de los eritrocitos pueden usarse para calcular el índice de lipofilia.
Estudios previos han demostrado que los ácidos grasos omega-3 de cadena larga en el pescado tienen un impacto positivo en el riesgo cardiovascular; Sin embargo, se necesita más investigación sobre los mecanismos. El aceite de camelina, por su parte, es rico en ácido alfa-linolénico, un ácido graso esencial omega-3 cuya relación con el líquido de membrana se desconoce.
Los investigadores utilizaron datos de dos ensayos clínicos aleatorios para examinar los efectos de tomar aceite de pescado y camelina en el índice lipofílico. El primer estudio involucró a 79 hombres y mujeres con intolerancia a la glucosa. El segundo estudio involucró a 33 hombres y mujeres con enfermedades cardiovasculares.
Los participantes del estudio fueron aleatorizados en cuatro grupos para una intervención de 12 semanas: el grupo de aceite de camelina, el grupo de pescado azul, el grupo de pescado magro y el grupo de control en el primer estudio. En el segundo estudio, los sujetos fueron asignados al azar a grupos de pescado graso, pescado magro y control para una intervención de 8 semanas.
El índice lipofílico se calculó sobre la base de los ácidos grasos de la membrana de los eritrocitos en el primer estudio y de los ácidos grasos de los fosfolípidos séricos en el segundo estudio.
En ambos estudios, comer cuatro comidas de pescado azul por semana redujo el índice lipofílico, lo que indica una mejor fluidez de la membrana. Una mejor fluidez de la membrana se ha relacionado con un menor riesgo cardiovascular, al igual que las partículas de HDL más grandes, que también se han relacionado con un menor riesgo cardiovascular. Por el contrario, el consumo de pescado magro o aceite de camelina no tuvo efecto sobre el índice de lipofilia.