Casualidades de la vida. No se podría definir de mejor manera lo que le ha pasado a la periodista Ali Meyer. La reportera, que realizaba un programa en directo retransmitido a través de Facebook Live para la cadena KFOR de Oklahoma, acudió a un hospital.
La visita al centro hospitalario tenía el objetivo de realizar un reportaje para concienciar a todo el mundo sobre el cáncer de mama. Esta es una de las enfermedades más extendidas entre las mujeres. Para prevenir o detectarlo a tiempo es imprescindible realizar un control exhaustivo para prevenirlo o detectarlo.
La periodista se sometió a una mamografía
En la visita al centro, la periodista iba a realizarse una mamografía. Lo que no sabía Meyer era que estaba realizando uno de los trabajos más duros de su vida. El objetivo de la mamografía que se realizó el año anterior alentar a los espectadores a somerterse a chequeos rutinarios. Lo que no sabía, es que le comunicarían que tenía un tumor dúctil no invasivo en su seno derecho y tenía que ser operada.
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«No era un motivo de preocupación para mí, no tenía bultos ni antecedentes familiares; no había ninguna razón para pensar que mi mamografía de ese modo mi vida», aseguró en Instagram la reportera, que por entonces tenía 40 años.
Los médicos le comunicaron que se había detectado a tiempo el cáncer. Sin embargo varios cirujanos le recomendaron una mastectomía para extirpar el seno derecho y asegurarse de que el cáncer no vlviera a aparecer, algo que la «devastó».
«Aunque la cirugía fue mi elección, sentí que fue como una mutilación forzada», dijo Meyer. «Sentí como si el cáncer me estuviera robando parte de mi cuerpo».
Por fortuna, un año después del disgusto, volvió a hacerse una mamografía y le anunciaron que no había señales de cáncer.