Tener hábitos saludables en familia a la hora de comer es un «pilar básico y más importante» para que los más pequeños tomen hábitos y aprendan los valores más importantes que les marcarán para toda la vida. En este sentido, la dietista-nutricionista Griselda Herrero, confiesa que «seguramente hagamos las cosas mejorables. (…) Que sea saludable es importante, pero más importante lo es aún que no sea una tortura, que no vean la hora de comer como el peor momento del día, que no seamos los ogros que les obligan a comer».
En una entrevista con Infosalus recogida por Tododisca subraya que una de las principales pautas para instaurar hábitos saludables es comer en familia: «Hay varios estudios que dicen que los que comen en familia tienen mejores hábitos, porque cuando comemos no solo hacemos un acto fisiológico de ingesta de energía y de nutrientes, sino que comer es social, compartimos ese momento con nuestros familiares, y lo convertimos en algo que no es desagradable, en un acto en el que compartimos lo que nos ha pasado en el día, donde la comida es lo menos importante».
Para poder llevar un estilo de alimentación saludable, Herrero cree que es fundamental ser consciente de que hay algo que no se está haciendo bien. «La motivación es muy importante para el proceso de aprendizaje. De hecho, el libro se basa mucho en la parte de la emoción. La capacidad de aprendizaje se dispara cuando algo nos emociona o interesa, y tenemos que ser conscientes de que algo no funciona bien y de que queremos cambiarlo», sostiene.
En adultos un cambio de hábitos saludables es más fácil que en niños
Como es normal, en niños siempre cuesta mucho más lograr un cambio de hábitos. Los pequeños nunca están conformes con lo que tienen y si encima les prohibimos comidas que les gustan, lo más seguro es que se resistan al cambio.
«¿Por qué voy a dejar de comer chuches o bollería si veo que mis compañeros comen chuches o bollería? A través del juego, de la motivación, podemos hacerles entender lo importante que es llevar una alimentación y vida saludable. También el estar rodeados de estímulos saludables. Vivimos en un mundo en el que nos rodean mensajes contradictorios con la salud. ‘Cómete esto y así serás más fuerte’, y al final tenemos que darle la vuelta a esto y rodearnos de otros estímulos con un mensaje opuesto. No es lo mismo regalar un juego que es de fabricar hamburguesas, con el que inconscientemente mandamos un mensaje, a hacer un juego sobre preparar un menú con frutas y verduras», añade.
En este sentido, otra clave para poder comer bien en familia es el de enviar mensajes diferentes sobre los alimentos saludables. Después, la reeducación alimentaria, según indica, siendo para los menores fundamental el entorno en el que vivan, el cómo se comporten sus padres en sus hábitos. «Tener una casa saludable, es decir, que la compra que hagamos sea acorde con lo que queramos comer, es muy importante. De forma que si quiero que mi hijo coma fruta no le compre galletas», resalta Griselda Herrero.
Implica a los niños a comer saludable
Otra de las posibilidades para comer bien en familia y establecer unos hábitos saludables es implicando a los niños, por ejemplo, a la hora de hacer la compra que elijan qué fruta quieren, o el menú que puedan realizar. «Todo contribuirá poco a poco, y se irá impregnando de ese beneficio de comer saludable porque además se hará en familia. Es importante que toda la familia vaya al unísono. Si me dicen que me tengo que comer el brócoli con la carne y veo a mi padre comiéndose un paquete de patatas fritas con la carne no lo entenderán los niños», avisa la especialista en educación alimentaria.
Tener un entorno saludable en casa y conseguirlo a través del juego es otra de las pautas fundamentales que ofrece la divulgadora: «Todo el mundo sabe qué comer pero falta ponerlo en práctica y a los niños una forma de hacerlo y de entenderlo mejor es con una menor imposición, a través del juego. El libro cuenta con casi 100 juegos entre actividades y propuestas para impregnarnos de un entorno más saludable».