El té verde es una de las bebidas ricas en antioxidantes más cotizadas del mundo. Su milenaria historia la ha llevado a ser una de las bebidas preferidas por aquellos que quieren cuidar de su cuerpo y tener un estado de salud óptimo. Así, su buen sabor, lo barato que es y sus grandes beneficios lo han consagrado como una bebida ideal para los amantes del fitness.
Esta infusión contiene un tipo de antioxidante, por el que se considera ideal tomar al menos una taza al día para comenzar a notar sus efectos. Esta sustancia tiene 20 veces más antioxidantes que la vitamina E y 100 veces que la vitamina C; cuyos beneficios para prevenir el cáncer de vejiga, ovarios, esófago y páncreas se están teniendo en cuenta y se encuentran en estudio.
En este sentido, la Fundación Española de Nutrición (FEN) recalca la buena alternativa que supone el té verde a las bebidas gaseosas y azucaradas. Así, la propiedad más reconocida del té verde es su gran poder antioxidante que es capaz de evitar el daño celular provocado por los radicales libres, ayudando a prevenir el envejecimiento y distintos tipos de enfermedades.
Desde la Fundación Española del Corazón aconsejan tomar té verde de forma diaria pues «goza de grandes propiedades terapéuticas para bajar los niveles de triglicéridos y colesterol en la sangre». De hecho, su contenido en cafeína aumenta la agilidad mental al contener L-teanina; una sustancia nootrópica y adaptogénica que aporta beneficios a la memoria, la atención, el aprendizaje y la concentración.
El poder antioxidante del té verde ante el cáncer
Una de las propiedades más sorprendentes del té verde tiene que ver con su labor para actuar contra el cáncer. Según un reciente estudio publicado en la revista ‘Nature Communications’, un antioxidante que se encuentra en el té verde podría aumentar los niveles de p53, una proteína natural contra el cáncer, conocida como la guardiana del genoma por su capacidad para reparar el daño del ADN o destruir las células cancerígenas.
Este estudio de la relación directa entre p53 y el compuesto del té verde, galato de epigalocetaquina (EGCG), apunta a un nuevo objetivo para el descubrimiento de fármacos contra el cáncer.
«Las moléculas p53 y EGCG son extremadamente interesantes. Las mutaciones en p53 se encuentran en más del 50% de los cánceres humanos, mientras que EGCG es el principal antioxidante en el té verde, una bebida popular en todo el mundo», explica Chunyu Wang; autor correspondiente y profesor de ciencias biológicas en el Instituto Politécnico Rensselaer.
¿Funciona para adelgazar el té verde?
En algunas ocasiones, la leyenda del té verde es más que lo podido comprobar científicamente. En este caso, debemos dejar claro que es falso que el té verde sirva para adelgazar. Es más, no tiene ningún efecto quemagrasas, y todos sus efectos beneficiosos dependerán del estilo de vida con el que acompañemos la bebida.
Al no estar demostrado, tampoco podemos afirmar que baja la presión arterial, tampoco tiene incidencia en la diabetes, ni en la osteoporosis y tampoco en la arterioesclerosis. Por desgracia, ninguna de estas cualidades han podido ser probadas científicamente, como si lo han sido las relacionadas con sus efectos antioxidantes.
Además de estas cuestiones, es importante saber que el té verde podría resultar contraproducente si se mezcla con diversas sustancias. Desde la FEN, afirman que el té verde impide el aprovechamiento orgánico de la vitamina B1 y dificulta la absorción del hierro de los alimentos; con lo que no conviene su consumo en personas con anemia.