Las 7 maravillas del mundo antiguo representan uno de los grandes anhelos de todo aquel que se considere aventurero. El truco está en que no es ni mucho menos accesible poder llegar a estas grandes obras de arte, porque forman parte sólo en reconstrucciones de los libros de historia, y no están dentro de ningún plan de turismo. Cuando hablamos de estas obras, que no hay que confundir con las 7 maravillas del mundo moderno, hacemos referencia sobre todo a aquellas de autores griegos que destacaban por su envergadura y su magnificencia.
Es más que cierto que se han hecho muchos listados a lo largo de la historia que podían suplir a las 7 maravillas del mundo antiguo, finalmente se quedó en dicha relación numérica gracias al pintor neerlandés Maerten van Heemskrerck, que fue el encargado de realizar distintas pinturas de 7 maravillas dentro del siglo XVI, por lo que hay que situar su contexto histórico.
También resulta curioso que hubiese un error de traducción en el título. Pese a que se tradujera como «maravillas», lo que se pretendía era atraer a los turistas de la época para poder «thamata», esto es, que fueran dignos de poder disfrutar en persona, como si fuera una visita guiada.
¿Cuáles son las 7 maravillas del mundo antiguo?
Reconocemos la lista de las 7 maravillas del mundo antiguo, de las que hay que sacar lógicamente todas aquellas obras que forman parte de las 7 maravillas del mundo moderno. Entre las obras antiguas, encontramos:
- La Gran Pirámide de Guiza
- Los Jardines Colgantes de Babilonia
- El Templo de Artemisa en Éfeso
- La Estatua de Zeus en Olimpia
- El Mausoleo de Halicarnaso
- El Coloso de Rodas
- El Faro de Alejandría
Expertos abundan en que esta lista de las 7 maravillas del mundo antiguo obedece más a un criterio del azar más que cualquier asunto estético. Hay 3 obras que cuentan con un claro fin religioso, como son el Coloso, el Zeus y el Templo de Éfeso.

¿Por qué son 7 las maravillas del mundo antiguo?
Si bien es cierto que llama la atención que sean 7 y no 10, por redondear, las maravillas del mundo antiguo. La razón de que se escogiera este número puede tener que ver con la concepción helena, ya que los antiguos griegos consideraban a la cifra prima más alta el número perfecto, que en este caso es siete.
El académico Chris Pelling refleja que el número 7 aparece en muchos contextos distintos de aquella época, como los 7 sabios de Grecia, las 7 colinas de Roma, las 7 artes liberales, o la constelación de las 7 pléyades, por lo que habla a las claras de la importancia del número 7 para todas esas civilizaciones.