Los motivos que impulsan a una persona a otorgar testamento son muchos y variados. Sin embargo, hay tres, que según los expertos, destacan sobre los demás. En primer lugar, la idea de dejar protegido al cónyuge supérstite. El segundo de ellos, que el testador entienda que debe repartir la herencia de forma diferente a lo que establece la ley a falta de testamento. Y finalmente, y sin ningún género de dudas, el motivo más frecuente es el de evitar problemas entre los herederos.
La mejor forma de planificar el destino de los bienes, derechos y obligaciones, que constituyen la herencia de una persona tras su fallecimiento, es realizar un testamento. Cabe señalar, que este documento es el acto mediante el cual, el testador deja constancia de su voluntad acerca del destino de su masa hereditaria.
Pero, ¿Qué opciones hay? En cuanto al aspecto formal, la legislación española permite diferentes tipos de testamentos: abierto notarial, cerrado, ológrafo y testamentos especiales: Estos se dan en caso de peligro de muerte del testador o en peligro de epidemia. Todos ellos tienen en común, que aseguran la expresión legítima de la voluntad de quien lo realiza. Sin embargo, se diferencian fundamentalmente, en los mecanismos formales.
Independientemente del tipo de testamento que se elija realizar, lo fundamental para conseguir los objetivos que con el mismo se pretenden, es que se realice de una manera correcta. Para ello, es muy importante recibir asesoramiento de un profesional experto en derecho de sucesiones o en su caso de un notario.
LA MEJOR OPCIÓN PARA REALIZAR UN TESTAMENTO
La práctica notarial pone de manifiesto, que la inmensa mayoría de las personas optan por otorgar un testamento notarial abierto. Este se realiza acudiendo al notario que el testador elige y quedando registrada su voluntad en una escritura pública que se inscribe en el Registro General de Últimas Voluntades. Cabe señalar, que el original de este documento queda en poder del notario.
La ventaja fundamental de este tipo de testamento, es que asegura la legitimidad y legalidad del documento. La presencia del notario reduce el riesgo de que este sea impugnado o anulado por defectos de forma o por incumplimiento de la ley. Además, de este modo, se asegura la confidencialidad y la integridad del contenido del mismo.
Estos testamentos quedan inscritos Registro de Últimas Voluntades del Ministerio de Justicia, de tal forma que cuando fallece una persona, dicho registro emite certificado que informa de la existencia del documento, del lugar y fecha del otorgamiento y del nombre del notario actuante, lo que facilita la localización del mismo.
LA IMPORTANCIA DE ACUDIR A UN EXPERTO
En cuanto al contenido, teniendo en cuenta que el testamento es el instrumento que permite, siempre con el respeto a las legítimas, hacer el reparto más justo de la herencia de acuerdo con la voluntad del testador, lo mejor es acudir a un profesional a quien se le transmita lo que quiere que ocurra con sus bienes el día que fallezca, para que este le aconseje cómo debe hacerlo y evitar problemas de reparto entre los herederos.
Como regla general, un testamento consigue este objetivo en la medida en que realiza un reparto lo más individualizado posible de los bienes, aunque no siempre es posible. Y es que un testamento en el que se dice que se deja todo a los hijos a partes iguales, no alcanza el objetivo de evitar problemas. Es decir, es igual que si no lo hubieses realizado. Lo ideal es que respetando las legítimas, se personalice el reparto.