Diputación de Sevilla pide reconocer la «discapacidad social» a las personas con síndrome de Asperger o TEA. Así lo ha hecho en su última sesión de pleno, celebrado vía telemática. El organismo público sevillano ha formalizado una declaración institucional de todos los partidos, merced a una petición de la Asociación Asperger TEA Sevilla, en demanda del reconocimiento de la ‘discapacidad social’ para las personas con síndrome de Asperger y los trastornos de espectro autista en general.
En la exposición de motivos se expresa que a las personas con Asperger se les reconoce una discapacidad psíquica superior al 33%, que supuestamente supone un factor de protección social. Sin embargo esta protección también es «engañosa», ya que hoy en día en el acceso al empleo público se reserva por ley un 10% de plazas para personas con discapacidad, de cuyo porcentaje, el 3% se destina a la discapacidad psíquica». De ese 3%, se reparte el 2% para discapacidad intelectual y el 1% para enfermedad mental.
El reconocimiento de la discapacidad social
Y continúa la exposición de motivos argumentando que las personas con síndrome de Asperger no tienen ni discapacidad intelectual ni enfermedad mental, por lo que solo pueden acceder al cupo de discapacidad general que no está adaptado a estilo cognitivo particular.
Por ello, quedan «de facto marginadas del acceso al empleo público dentro de su propio cupo de discapacidad psíquica». Un dato muy revelador de esta situación es que la tasa de desempleo entre personas con síndrome de Asperger es significativamente mayor que entre personas con discapacidad intelectual y se sitúa, según los últimos datos, en una estimación superior al 85%.
Por ello, se hace necesario el reconocimiento de la figura legal de la ‘discapacidad social’ para las personas con síndrome de Asperger y los TEA en general, ya que las pruebas que miden la inteligencia lógica no tienen en cuenta las variables tanto de déficit de procesamiento social, que conlleva unos altos niveles de ansiedad en situaciones sociales, como de sobrecarga sensorial. Estas variables son las que realmente discapacitan a la persona a la hora de su integración social.
Abocadas a la «exclusión social»
Estas personas que tienen un coeficiente intelectual normal pero presentan una significativa discapacidad social están abocadas, en un gran porcentaje, a «la exclusión social en el momento en que son adultas y no tienen padres o red social que los sustente». Son personas muy vulnerables pese a su coeficiente intelectual y presentan muy alto riesgo de marginación, pobreza, indigencia y exclusión social.
En base a todo ello, los grupos políticos que componen el plenario manifiestan su apoyo y reconocimiento hacia las personas con síndrome de Asperger, a sus familias y a las entidades que diariamente trabajan para avanzar y mejorar su calidad de vida. Asimismo, expresan su apoyo al reconocimiento a nivel estatal de la figura legal de la ‘discapacidad social’, de forma que repercuta no sólo en la posibilidad de acceso al empleo público, la promoción y la mejora de la calidad de vida del colectivo de personas con TEA y síndrome de Asperger, sino en el cumplimiento más real y efectivo del principio de inclusión social al que todas las administraciones están llamadas a cumplir.
Finalmente, el plenario solicitará al Gobierno de España que, en el marco de la legislación estatal, se contemple el reconocimiento de la ‘discapacidad social’ para las personas con síndrome de Asperger y otros trastornos del espectro autista, de modo que las mismas puedan acceder a los derechos contemplados en la Convención Internacional de los Derechos de las Personas con Discapacidad, evitando su discriminación y favoreciendo su plena integración social.