Como todos los años, el miércoles 27 de abril se conmemora en todo el mundo el Día Internacional de Concienciación sobre el Ruido. El objetivo de este día no es otro que alertar y concienciar a la población sobre los riesgos de la exposición a altos niveles de ruido ambiental sobre la salud de las personas.
Según los datos de la Agencia Europea del Medio Ambiente, causa 12.000 muertes prematuras cada año en Europa. Además, contribuye a 48000 nuevos casos de cardiopatía isquémica, entre otros efectos nocivos.
Con objeto de reducir en lo posible los efectos de este grave problema de salud pública, las administraciones establecen sus políticas para la gestión y el control del ruido ambiental. En España, la legislación que aborda este aspecto es la Ley 37/2003, del Ruido y los Reales Decretos que la desarrollan.
En estos documentos se establecen lo que se denominan Objetivos de Calidad Acústica. Estas son las características acústicas deseables para cada tipo de área del territorio, en función del uso de dicha área.
La importancia de la calidad acústica
Los Objetivos de Calidad Acústica de nuestra legislación se basan en las recomendaciones de un documento denominado Libro Verde de la Comisión Europea, de 1996. Dicha norma recoge cuanto deben de ser los decibelios para las áreas de uso residencial:
- 65 decibelios en los periodos de día y de tarde
- 55 decibelios en el periodo nocturno.
Estos valores están basados en el estado del conocimiento sobre el tema de hace casi 30 años. Pero los expertos señalan que los datos no se han revisado en todo este tiempo.
Quien sí actualiza periódicamente sus recomendaciones conforme se va teniendo mayor evidencia científica de la relación entre los niveles de ruido y sus efectos para la salud es la Organización Mundial de la Salud. En su último informe de 2018, la OMS establece unas recomendaciones para zonas residenciales. Estas suponen unos niveles 10 decibelios más bajos que nuestros Objetivos de Calidad Acústica.
Desde la Sociedad Española de Acústica exhortamos a las Administraciones Públicas a revisar nuestra legislación, adecuando los Objetivos de Calidad Acústica a las recomendaciones de la OMS para salvaguardar la salud de la población, amenazada por el problema del ruido ambiental.