La Organización Mundial de la Salud (OMS) recogió recientemente datos que indicaban que había 2.200 millones de personas en el mundo que tienen discapacidad visual o ceguera. El envejecimiento de la población, los cambios en el estilo de vida o el acceso limitado a la medicina ocular han aumentado considerablemente el número de personas que tienen problemas de visión en nuestro mundo.
Por tal motivo, en España, el Consejo para la Defensa de la Discapacidad y la Dependencia (CEDDD) ha reclamado el desarrollo de un plan nacional de prevención de la ceguera. Así lo ha anunciado en la jornada ‘Descubriendo la baja visión’, organizada por el Consejo Sectorial de Salud de CEDDD, en el que han participado el presidente de la Asociación Acción Visión España, Andrés Mayor; la presidenta de la Asociación DOCE, Ana de Luis; y el vicepresidente de la Asociación ASANOL, Ignacio Muela.
Desde la OMS destacan que las enfermedades oculares más comunes son:
- Daltonismo o discromatopsia
- Miopía
- Hipermetropía
- Presbicia
- Astigmatismo
- Glaucoma
- Catarata
De hecho, las cataratas o el tracoma son las enfermedades que reciben la máxima atención por parte de las autoridades sanitarias a la hora de diseñar planes de prevención o tratamientos.
«Perder a visión es algo muy duro para cualquier persona»
Además, otras de las conclusiones que han sacado desde la CEDDD de la jornada ‘Descubriendo la baja visión’ es:
- Avanzar en el terreno de la accesibilidad
- Facilitar el acceso a los medicamentos
- Afirmar que urge la regulación de la figura del asistente personal.
Andrés Mayor informa de los impedimentos que la baja visión conlleva en la vida cotidiana. En este sentido, ha asegurado que «perder a visión es algo muy duro para cualquier persona». «Quienes tenemos baja visión nos sentimos útiles y con un poco de ayuda podemos seguir aportando», señalaba Andrés Mayor.
Por su parte, Ana de Luis ha resaltado la importancia de dar soluciones al paciente «desde que debuta con la enfermedad hasta que tiene el diagnóstico» y ha destacado que «la baja visión implica también una pérdida de la memoria visual».
Ana Isabel Lima ha destacado que que se debe avanzar hacia la accesibilidad. Y es que de esa manera «se avanzará en autonomía y se conseguirá reducir el número de personas dependientes» . De esta manera, ha resaltado que se debe superar el modelo médico de la rehabilitación; para posteriormente apostar porque «la persona sea quien tiene que decir qué, cuándo y para qué necesita al asistente personal».
Por último, dice que la regulación de esta figura «no es una cuestión de voluntad política, sino de falta de información». Asimismo, ha añadido que «hay que hacer pedagogía política para enseñarles las necesidades sociales y tiene que haber un movimiento social de presión y sensibilización».