El caso de Anna Vidal clama al cielo. Se trata de una médica jubilada que recibía una pensión desde el comienzo de la pandemia del Covid-19. Ante la llamada de las administraciones decidió reincorporarse al trabajo para ayudar a las personas que más lo necesitaban. Sin embargo, ahora, la Seguridad Social le reclama parte de esa pensión por incompatibilidad.
Desde la Seguridad Social informaron a Anna Vidal de que había caído en una ilegalidad con la administración. Concretamente, fue informada sobre la incompatibilidad de recibir una pensión de jubilación y realizar una actividad laboral. Así, lo cuenta la protagonista de forma indignada a el diario ‘La Vanguardia’.
Al recibir dicha notificación no dudo en recurrir, aunque el recurso le fue denegado. Anna Vidal no podía entender muy bien que estaba ocurriendo, cuando ella volvió a trabajar a petición de la administración ante la saturación de los equipos sanitarias en los momentos más complicados de la pandemia.
Ella ha sido médica de familia durante toda su vida y se jubiló en noviembre de 2019. Sin embargo, ante la llamada del alcalde de Igualada (Barcelona) y la consellera Vergès, que pedían profesionales de refuerzo para incorporarse a la primera línea de batalla.
Anna Vidal cuenta que estuvo contratada por la Fundación Althia, que es una fundación que tiene contrato con el CatSalut. «En noviembre de 2020 recibí una notificación que informaba que era incompatible haber estado trabajando para una fundación y cobrando la pensión de jubilación».
Incompatibilidad de pensión y trabajo
Tras interponer un recurso de reposición se lo denegaron y le comunicaron que si le interesaba podría presentar otro recurso contencioso administrativo en el Tribunal Superior de Justica de de Madrid. Ante ello, Anna Vidal decidió contactar con el colegio de médicos de Madrid, desde donde le mostraron su apoyo para presentar el recurso. «Estamos en ello», afirma a la Vanguardia.
La propia médica, que en esos momentos recibía una pensión de jubilación confiesa que «a nivel filosófico podría haber acudido como voluntaria si me lo hubieran pedido». Si bien, explica que «me ofrecieron un contrato y el dinero siempre sirve y nunca viene mal».
Así, Anna Vidal manifiesta que «ojalá esto llegue a buen puerto para mí y sirva especialmente para evitar experiencias superiores en un futuro».
Trabajó para una entidad privada
La cuestión por la que la Seguridad Social reclama la parte de la pensión de jubilación cobrada durante el periodo que compaginó el trabajo como sanitaria durante la pandemia, es que el empleo a desempeñar se llevó a cabo en el ámbito privado.
En este sentido, el Ministerio de Sanidad lanzó una orden en su momento que permitía a los profesionales sanitarios jubilados volver a trabajar durante la pandemia para sumar fuerzas en el ámbito de la sanidad. Sin embargo, en esta orden solo se contemplaban los contratos estatutarios y no aquellos que pertenezcan al ámbito privado.
En este hecho es en lo que se agarran desde la Seguridad Social, aunque desde el punto de vista moral resulta lamentable por parte de la administración.
Ante todo este «sin sentido», según expresa Anna Vidal, ha decidido presentar un recurso contencioso administrativo ante el Tribunal Superior de Justica de Madrid. Si bien, ella tendrá que hace frente a la pensión y a las cosas del juicio en caso de no ganar.
Por el momento la Seguridad Social le reclama un total de 3.000 euros y mensualmente le están descontando 400 euros hasta alcanzar la cifra solicitada por la administración.
Anna Vidal ha sido una de tantas valientes que arriesgó su vida para volver a su profesión de toda la vida, a pesar de que ya cobraba una pensión de jubilación. Decidió poner al servicio de todos los ciudadanos sus conocimientos como sanitaria, aunque este gesto le está costando muy caro. Si bien, esta médica no se arrepiente de lo que hizo: «Creo que fui realmente útil para muchos pacientes», asegura orgullosa.