El control del peso se ha convertido en una especie de obsesión para muchas personas, de ahí es que en la actualidad existen tantas dietas diferentes que prometen una gran cantidad de resultados, ya sea para adelgazar, para desintoxicar el cuerpo o un sinfín de efectos en el organismo que aparentemente son saludables.
Sin embargo, aunque muchas veces estas dietas cumplen con los resultados que buscamos, no siempre lo hacen de forma saludable, por eso es que muchos expertos suelen hacer múltiples advertencias para no caer en la tentación de seguir un plan alimenticio poco saludable, sobre todo cuando se trata de las llamadas “dietas restrictivas”.
¿En qué consisten las dietas restrictivas?
Aunque el concepto real de la palabra dieta tiene que ver con los hábitos y comportamientos alimenticios de las personas a lo largo de su vida, en la actualidad escuchar esta palabra nos recuerda algún plan alimenticio concreto, comúnmente por razones médicas, en la cual se especifica los alimentos que se deben integrar y los que se deben restringir.
Pero es precisamente en este último punto en el que los expertos en nutrición han hecho tantas advertencias, pues aseguran que una dieta saludable no debería restringir ningún alimento, más que aquellos que son procesados.
A este tipo de planes se les conoce como “dietas restrictivas” y aunque son muchas las personas que todavía adoptan este tipo de alimentación, también se ha emprendido una especie de campaña para que las personas conozcan todas las desventajas que pueden tener para el organismo.
Aunque no se puede negar que las dietas restrictivas suelen mostrar resultados evidentes en un tiempo relativamente corto, también es cierto que pueden ser el principio de otros problemas de salud.
¿Por qué no son recomendadas?
En primer lugar por el hecho de que la alimentación no consiste en solo ingerir algún alimento o no, pues en dicho proceso interviene factores como las hormonas y otros indicadores que intervienen en el apetito o las ganas de comer un alimento determinado, por lo tanto cuando restringimos algún alimento que consumíamos con regularidad, el cuerpo suele activar mecanismos que hacen que desarrollemos un antojo mayor por dicha comida.
Esto a la larga produce más ansiedad y eleva el apetito, lo que puede hacer que terminemos comiendo más o que desarrollemos problemas con nuestro estado de ánimo.
Por potro lado está el desequilibrio de nutrientes que estas dietas producen, pues el cuerpo necesita de un gran número de elementos para poder funcionar correctamente, los cuales puede adquirirse mediante un plan alimenticio que integre distintos tipos de alimentos.
Las dietas restrictivas por lo general nos privan de muchos nutrientes indispensables para el organismo, lo que puede producir un gran número de enfermedad.
¿Qué hacer?
Si lo que queremos es seguir un plan alimenticio que nos permita manteneros en forma y saludables, acudir a un profesional es la mejor opción.
Antes de comenzar una dieta lo primero que sebe hacer es acudir a un médico para evaluar nuestra salud y con esta información podremos pedir la ayuda de un nutricionista para poder planificar un régimen saludable que se pueda adoptar como un hábito permanente.