El melón o Cucumis melo, más de 4000 años en la región mediterránea oriental y Asia occidental, es una fruta rica en vitaminas, minerales, proteínas y agua, una combinación perfecta por la que recomiendan ser incluida en cualquier dieta saludable destinada a preservar el buen funcionamiento del cuerpo.
Sin embargo, el melón también se encuentra integrado en la lista de los alimentos considerados como «potencialmente peligrosos», pues estas características que son consideradas saludables pueden convertirse en un peligro si la fruta no es tratada con un cuidado especial.
¿Qué son los alimentos potencialmente peligrosos?
Cuando se hace referencia a alimentos potencialmente peligrosos, no quiere decir que sean alimentos que sean nocivos para salud, sino a una serie de alimentos naturales o artificiales que pueden convertirse de manera rápida en un cultivo de microorganismos que pueden infectar al organismo afectando la salud general del cuerpo.
Por lo general estos alimentos tienen características similares, como lo es la presencia da agua, proteínas y otro tipo de componentes que son atractivos para distintos tipos de bacterias.
Estos alimentos suelen necesitar un control de temperatura, dentro de otros tipos de medidas, sobre todo para evitar la proliferación de bacterias como la Salmonella Enteritis, la toxina de Clostridium botulinum u otros tipos de microorganismo tóxicos e infecciosos.
¿Por qué el melón se encuentra en esta lista?
A pesar de ser un alimento muy saludable y altamente recomendado, la composición química y biomolecular de esta fruta crean un terreno fértil para distintos microorganismos, sobre todo cuando se trata de un melón que ya ha sido abierto.
Dentro de las características de melón debemos mencionar en primer lugar su abundante nivel de agua, y como todos sabemos el agua es la sustancia fundamental para el desarrollo de la vida, en la que también se incluyen los pequeños microorganismo, por lo tanto al ser rica en agua es fácil de atraer y desarrollar diferentes microbios.
Por otro lado hay que destacar que una de las funciones de los azúcares es conservar los alimentos, por lo tanto al ser el melón una fruta con bajos niveles de carbohidratos permite que se descompongan rápidamente las proteínas que lo componen.
El problema está en la higiene
Con todo lo mencionado no debemos ver al melón como una fruta dañina, pues todo el problema se centra en la higiene que se tenga a la hora de manipularlo, pues dentro de una serie de medidas que se deben tomar, es indispensable que este se mantenga refrigerado en la mayoría del tiempo.
Es por esta razón que las autoridades sanitarias a nivel mundial cuentan con manuales de manipulación de alimentos para evitar que las personas cometan errores de higiene que puedan resultar altamente peligrosos para la salud pública.
En el caso del melón, además de la refrigeración es indispensable que se evite en la mayor medida posible el guardarlo después de abrirlo y solo mantenerlo fuera del refrigerador el tiempo que se necesite para usarlo en su preparación.
En el caso de que no necesitemos usarlo todo y sea necesario guardarlo abierto, es indispensable cubrirlo con plástico transparente o preferiblemente meterlo en un recipiente que cierre herméticamente, del mimo modo se recomienda evitar comer melones con signos de deshidratación y cambios en su coloración.