La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha avisado de que algunas latas de bebidas energéticas contienen cantidades muy altas de cafeína,. Superando los 150 miligramos (mg), la cantidad máxima recomendada por toma para un adolescente de 50 kilogramos de peso. En estos casos, lo mejor es sustituir estas por la misma cantidad de café. Que nos aportará energía de forma más natural, evitando aditivos perjudiciales para nuestra salud.
Las bebidas energéticas tienen más del doble de cafeína que un refresco de cola, pero menos que una taza de café. Y, de hecho, frente a los 90 miligramos de cafeína que contiene de media una lata de 330 mililitros de una bebida energética, una taza de café expresso hecho en casa tiene alrededor de 105 mg. Mientras que una de cafetería puede tener hasta 180 mg.
La ingesta masiva de cafeína en esas cantidades puede causar problemas cardiovasculares
«Los adolescentes y preadolescentes son consumidores entusiastas de las bebidas energéticas. No es raro que tomen una o varias latas para concentrarse ante un examen, para no dormirse, para rendir más en el gimnasio y los fines de semana o para mezclarlas con alcohol.
Lo que muy probablemente desconozcan es que su consumo acumulado puede traducirse en la ingesta superior a los 285 mg de cafeína. La cual es la dosis máxima diaria recomendada por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) para una persona de 50 kg de peso. Habitual en muchos de estos jóvenes», ha detallado la organización.
En este sentido, la OCU ha recordado que consumida en dosis moderadas, la cafeína aumenta el estado de alerta y reduce la somnolencia. Pero en exceso presenta riesgos. En concreto a corto plazo puede interrumpir el sueño, causar ansiedad y producir cambios en el comportamiento. Mientras que a largo plazo, puede causar problemas cardiovasculares. De hecho, en las personas con tensión alta se aconseja moderar el consumo tanto de bebidas energéticas como de café.
Pero es que, aparte de la cafeína, muchas de estas bebidas contienen otras sustancias activas como la taurina, la L-carnitina o la glucoronolactona. Cuya concentración, lamentablemente, no aparece reflejada en la etiqueta. «El consumo combinado de bebidas energéticas con alcohol tiene un riesgo añadido: puede llevar a una mayor ingesta de alcohol, porque reduce la sensación de sueño y permite alargar la noche. Lo que suele traducirse en un estado de borrachera completamente despierta», ha zanjado.
La genética y la tensión arterial afectan al consumo de café diario
Si alguna vez te has preguntado por qué hay personas que consumen más cantidad de café que otras, puede ser que la respuesta esté en la genética y en la tensión arterial. Y es que un estudio de la Universidad de Australia del Sur ha evidenciado que estos dos factores son una parte importante a la hora de medir la ingesta de café de cada persona. En este caso, habría que centrarse tanto en la tensión arterial como en la frecuencia cardíaca.
Según los investigadores, este hallazgo es muy positivo para poder tratar a las personas acorde a estas variables que van a afectar en su vida diaria. Además, cada persona podrá saber qué cantidad de café es la que necesita su organismo para que sus propiedades beneficiosas actúen adecuadamente.
«La gente bebe café por todo tipo de razones: como un estímulo cuando se sienten cansadas, porque sabe bien o simplemente porque es parte de su rutina diaria. Pero lo que no reconocemos es que las personas subconscientemente autorregulan los niveles seguros de cafeína en función de qué tan alta es su presión arterial. Y esto probablemente sea el resultado de un mecanismo genético protector», señala Hyppönen.