El sistema español de pensiones contempla el derecho a recibir una pensión de incapacidad permanente para aquellos trabajadores que acrediten una enfermedad o accidente, laboral o no, y que limite sus funciones a la hora de desempeñar un trabajo.
Así, el Tribunal Médico de la Seguridad Social es el organismo encargado de otorgar el derecho a percibir este tipo de prestaciones. Aunque la persona interesada también tiene la posibilidad de acudir a la justicia en caso de denegación por parte de la Seguridad Social.
Si bien, cabe destacar que la Seguridad Social no cuenta con un listado de enfermedades o afecciones que den lugar a una pensión de incapacidad permanente. En este sentido, el Tribunal Médico evalúa cada caso de forma personal e individual y en función de una serie de factores.
Incapacidad permanente por desprendimiento de retina
Así, entre las posibles afecciones que pueden ser susceptibles de acreditar una incapacidad permanente encontramos el desprendimiento de retina, siendo esta una enfermedad que afecta a la visión.
En relación a este asunto, los especialistas del Tribunal Médico de la Seguridad Social estudiaran las secuelas causadas por la lesión ocular; además de tener en cuenta que ya se han aplicado todos los tratamientos posible. Por ello, el Tribunal Médico puede otorgar el derecho a una pensión de incapacidad permanente por desprendimiento de retina y establecer el grado de invalidez (parcial, total, absoluta o gran invalidez) que crea correspondiente. En este sentido, la Seguridad Social suele otorgar la incapacidad permanente en grado parcial por desprendimiento de retina para aquellas profesiones que requieren gran agudeza visual. Por ejemplo, un soldador o un herrero. Para obtener la incapacidad permanente parcial debido a esta patología debe situarse la pérdida de visión entre el 24 y 36 por ciento de la escala Wecker. Esta escala es comúnmente utilizada por la mayoría de tribunales para analizar la pérdida de visión y si es susceptible de dar lugar a una pensión de invalidez.
Permanente total y absoluta
La incapacidad permanente total por desprendimiento de retina suele otorgarse a trabajadores que tienen por profesión habitual aquellas que requieren una importante exigencia visual. Nos referimos por ejemplo a conductores o vigilantes de seguridad. En este caso, suele ocurrir cuando la visión binocular es inferior a 0,3-0,4. También en las circunstancias de pérdida de visión el 37 y el 50 por ciento según la escala de Wecker. Por su parte, la incapacidad permanente absoluta se obtiene cuando la visión binocular se sitúa por debajo de 0,2 o una pérdida superior al 50% en la escala de Wecker.
Gran Invalidez
Por último, también puede darse el derecho a recibir una pensión de gran invalidez por desprendimiento de retina. En estas situaciones la visión binocular debe ser inferior a 0,1 o registrar una pérdida de visión superior al 84% de la escala de Wecker. Ya estaríamos hablando de ceguera legal. Para acreditarse la pensión de incapacidad permanente de Gran Invalidez también se analiza si la persona afectada necesita de una tercera persona para realizar los actos más básicos de la vida cotidiana.