Una decisión como poco polémica la tomada por Bronwyn Berg, una usuaria de silla de ruedas que ha decidido poner púas en su silla para evitar que desconocidos empujen su silla.
Según la mujer, se «hartó» de que la gente empujara su silla sin preguntar, por lo que tomó esta decisión para alejar a los atrevidos. Esta decisión habla de buenas maneras de su fuerza de voluntad y ganas de ser independiente. Sin embargo, la mayoría de las personas ven la decisión de poner púas en los puños de la silla como una ofensa.
Las redes sociales no han tardado en cargar contra esta mujer, que no quiere ser ayudada por nadie, lo cual es totalmente respetable pero quizá un poco chocante para los demás.
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Por otro lado, Bronwyn no está sola, debido a que una avalancha de personas con discapacidad también han informado de rechazos similares a personas desconocidas. Por lo tanto, la decisión no ha dejado indiferente ha nadie y ha terminado causando un gran revuelo en las redes sociales