Barreras y obstáculos. Esa podría definir la lucha que Maxi está teniendo en su vida. El niño con autismo nació con un tumor cerebral, que con los años le ha ido restando movilidad. De hecho, desde hace cuatro meses el joven tiene que ir en silla de ruedas a clase porque el dolor le impide apoyar el pie.
«No puede sostenerse. Le duele muchísimo y se cae», asegura su madre, Paola Vázquez, al medio NIUS. Pero la barrera con la que se encuentra Maxi no es sus problemas de estabilidad o el tener que ir en silla de ruedas. Ahora su principal problema es un ascensor, que es el que le impide ir a clase. Hablamos del CEIP San Miguel de Almuñécar, en Granada, que tiene el aparato elevador averiado y no le permite subir a la segunda planta, donde está su aula específica.
Otra opción sería colocar el aula en la planta baja, pero al ser una instalación adaptada no es viable; al igual que las clases no presenciales. Y es que como afirma Paola, su hijo tiene autismo y «no hay forma de que siga la lección en casa».
Por eso, la familia pide ayuda y es que el pequeño con Trastorno del Espectro Autista (TEA) ya ha perdido el primer trimestre y sigue sin tener solución. «Una cosa es tener paciencia y otra esto». Según relata el citado medio, la familia pensaba que a la vuelta de navidades, ya estaría solucionado el problema del ascensor. Pero la respuesta ha sido negativa. Paola ve como pasa los meses y Maxi sigue sin ir a clase. «Entiendo que pueda pasar un mes o mes y medio, pero ¿cuatro? No se lo están tomando en serio y mi hijo sigue sin cole».
El colegio lo es todo para Maxi
En esta situación de pandemia que estamos viviendo, el colegio lo es todo para Maxi. «Es el aire que respira», asegura su madre en NIUS. Y es que en la escuela se dan una serie de criterios que benefician a los niños con autismo: aprendizaje, terapia, y lo más importante, rutina.
Durante los primeros días de curso, las profesoras intentaban subirlo a pulso por las escaleras. Sin embargo, esta opción tuvo que ser descartada porque Maxi se llegaba a clase «descompuesto», ya que le «agarraban cada una por un brazo y se quejaba de dolor». Así que ante este problema, a la familia solo le queda seguir esperando para que Maxi pueda volver a casa.
El Ayuntamiento habla de un retraso en el arreglo
El encargado del mantenimiento de los centros educativos, el Ayuntamiento de Almuñécar, ha dado su versión al respecto de lo que está ocurriendo con Maxi. En un principio, asegura que «un cúmulo de circunstancias técnicas» ha retrasado el arreglo.
El motivo que expone el ejecutivo del PP en la ciudad granadina es que la empresa que se encargaba del mantenimiento ha dejado de trabajar. Por ello, se justifican en que para encontrar las piezas, algunas descatalogadas, han tardado más de lo que esperaban.
El concejal de Educación del citado consistorio, Alberto García, ha asegurado que desde que tuvieron conocimiento del problema del estudiante con autismo, se pusieron manos a la obra para solucionarlo. «Nos dieron un presupuesto las empresas especialistas que salía de un contrato menor y por ello tuvimos que hacer contrato nuevo y sacarlos a licitación», señala.
Por ello, la empresa licitadora, tras conocer la avería, comprobó que se trataba de una placa base que estaba descatalogada. Esto, unido a la situación de pandemia, provocó que la tramitación fuera más larga. Pero esto al PSOE de Almuñécar le suena a excusa. «¿Cuatro meses para traer una pieza? No se lo cree nadie», afirma Rocio Palacios.
«Si hace falta comprar uno nuevo, que lo compren, pero este niño no puede seguir sin ir a clase», finaliza. La portavoz del PSOE en la localidad granadina quiere una solución para Maxi y no comprende que un niño de 12 años no vaya a clase por una avería en un ascensor.