El gasto sanitario en España se sitúa entre los más bajos de la Unión Europea pero esto no hace que los ciudadanos tengan una peor salud sino que, por el contrario, son los que mayor esperanza de vida tienen de toda Europa e, incluso, gozan de una mejor salud en muchos aspectos que el resto de sus homólogos europeos.
El estudio ha corroborado los datos publicados recientemente por el Ministerio de Sanidad en el informe ‘Esperanzas de vida en España, 2017’, en el que se señala que la esperanza de vida es la «más elevada» de la Unión Europea, situándose en los 83,4 años mientras que la media de Europa es de 80,9 años.
Asimismo, aunque en este aspecto hay desigualdades en función del género y de la posición socioeconómica, estas son «menos pronunciadas» que en muchos otros países europeos. Al mismo tiempo, pese a que los españoles sufren muchas enfermedades crónicas y discapacidad en la vejez, el informe elaborado por los organismos europeos ha evidenciado que los ciudadanos de España pueden esperar vivir unos 21,5 años más cuando alcanzan los 65 años, lo que supone 1,5 años más que la media europea.
Las tasas de mortalidad evitable en España se encuentran también entre las más bajas de la Unión Europea, impulsadas por el bajo índice de muertes por cardiopatías isquémicas, accidentes de circulación y otras muertes accidentales, así como por enfermedades relacionadas con el alcohol, si bien la mortalidad por cáncer de pulmón es similar a la media europea. Las causas tratables de mortalidad también están entre las más de bajas de Europa, lo que, a juicio de los responsables del informe, indica que el sistema sanitario español es, en general, «eficaz» en el tratamiento de las personas con afecciones potencialmente mortales.
En relación a los factores de riesgo, en España más de un tercio de las muertes se atribuyen a factores de riesgo de comportamiento como la alimentación, el consumo de alcohol y el sedentarismo, si bien la proporción de ciudadanos que llevan este estilo de vida es «ligeramente menor» que la media la Unión Europea.
Respecto a este aspecto, Herrera ha informado de que en 2017 murieron en España 67.000 personas como consecuencia del tabaco, 52.000 por una mala alimentación (por ejemplo escasa ingesta de frutas y verduras y un consumo elevado de azúcar y sal), 32.000 por consumo de alcohol y 9.500 por sedentarismo.
Si se desglosa por estos factores, las tasas de tabaquismo entre los adultos españoles siguen siendo superiores a la mayoría de los países de la Unión Europea, aunque España tiene menos problemas relacionados con el consumo excesivo de alcohol. En obesidad, los españoles también suspenden respecto a la media europea, ya que se calcula que el 20 por ciento de los adolescentes es obeso o tiene sobrepeso, porcentaje que se sitúa en el 17 por ciento en Europa.