En un local tras la Parroquia de Santiago de Alcalá de Guadaíra (Sevilla), los hermanos de la Hermandad de Jesús de Nazareno, desde hace cuatro años, realizan una labor permanente y muy necesaria con las familias con menos recursos.
En total son 15 almas llenas de bondad que cada día ayudan decenas de familias sin recursos en el Centro de Atención Infantil El Ropero del Socorro. Esta ayuda consiste en facilitar todo lo necesario para los pequeños de la casa, desde cunas hasta ropa, zapatos, productos de aseo y de alimentación.
Estos voluntarios cuentan con la inconmensurable ayuda de Álvaro García y Ángeles López, dos jóvenes con discapacidad intelectual, que cada lunes, sin falta, acuden a apoyar a todos aquellos que participan en esta labor caritativa.
Álvaro y Ángeles son pareja y colaboran desde el 2016 mediante el proyecto «Yo puedo ser voluntario» de la Asociación Promotora, Laboral y Asistencial «Prolaya». A Ellos, se le suman tres compañeros más, Mari Carmen, José Carlos y Cecilia, según informa ABC.
«Se integraron sin ningún problema y colaboran con muy buena actitud», explica a Sevilla Solidaria de ABC Manolo Costillo, miembro de la Junta de la hermandad y coordinador del Ropero.
Álvaro y Ángeles también acuden al Banco de Alimento de Sevilla todos los meses para recoger comida para las familias que lo necesiten. Además, cuentan que tienen «un grupo de autogestores en Prolaya con el que hacemos muchas cosas».
Esta pareja de voluntarios, que regalan su tiempo para una buena obra, no son ejemplo de las capacidades de las personas con discapacidad sino también un modelo a seguir por otros jóvenes.
El ropero del Socorro es una institución que nació con la intención de recaudar ropa para las familias sin recursos, pero al ver las necesidades de estas familias, decidieron incluir alimentos y productos de higiene básicos.
Y, por si fuera poco, tres días a la semana, los voluntarios del Ropero del Socorro participan en talleres para la educación al desarrollo para apoyar a los jóvenes en los estudios, además de organizar actividades y excursiones. Una labor que sin duda llena de orgullo y gratitud a estos corazones llenos de solidaridad.