Este es la sentencia final hacia el agresor que apuñaló a Antonio Garrido, jefe de la Policía Local de Punta Umbría, mientras realizaban una intervención contra la venta ilegal en la playa hace escasos días. El Juzgado de lo Penal 1 de Huelva condena a dos años de cárcel por atentado a agente de la autoridad, y no por intento de homicidio.
Con esta sentencia menor a los tres años, el atacante, Fernando C.M. permanecerá en libertad sin tener que cumplir pena de prisión. Eso sí, se le impone una orden de alejamiento de cuatro años tanto de Punta Umbría como del policía víctima de la agresión.
El Tribunal Superior de Justicia de Andalucía ha manifestado que el juez aplica las atenuantes de enajenación mental y de reparación del daño. Además, se le condena por cuatro delitos leves de lesiones, a la pena de un mes de multa –en cada caso- con cuota de tres euros al día, así como a indemnizar en concepto de responsabilidad civil a un agente por importe de 320 euros y a otro por 685 euros, tal como ha adelantado ABC.
El juez considera probado que el agresor propinó varios cortes y puñaladas al policía portando una navaja de 16 centímetros de hoja y mango de 20 de centímetros, no cesando en su agresión aún estando el policía en el suelo.
Al intentar evitar que el agresor acabara con la vida de Garrido con más puñaladas, varios agentes intentaron reducirlo, recibieron golpes y contusiones, no solo del principal acusado, sino también de Mikel, el hermano del agresor, quien agarró por el brazo a la víctima para evitar que se defendiera, así como un bañista que intentó ayudar a los agresores llegando a empujar a un policía.
Por esta ayuda, el hermano de Fernando, ha sido condenado por un delito de atentado a agente de la autoridad a seis meses de cárcel y un mes de multa en el que tiene que pagar tres euros diarios.
La sentencia está siendo objeto de crítica entre cuerpos policiales y sus familiares en redes sociales, tras ver que un apuñalamiento que ha podido acabar con la vida de un agente solo ha tenido como castigo una multa de escasos euros y dos años de prisión, que no llegará a cumplir. En redes sociales colocan como ejemplos sentencias con robos, e incluso de policías condenados por defenderse o por defender a sus familias, con penas mucho mayores: «la vida de un policía en España no vale nada», es el mensaje más repetido.