La aprobación del Ingreso Mínimo Vital fue una gran noticia. De hecho, desde que se puso en marcha en junio, se han recibido más de 700.000 solicitudes, tal y como adelanto en ministro Escrivá. Sin embargo, su puesta en marcha no está siendo positiva.
Aunque desde el Ministerio de Seguridad Social no dan información sobre el número de solicitudes aprobadas de esta ayuda, su tramitación está siendo lenta y complicada. La Asociación Víctimas del Paro público un documento de la Seguridad Social en respuesta a la petición de información por la Ley de Transparencia. En él, y a fecha de 07/08/2020, solo se habían aprobado 3.966 solicitudes del Ingreso Mínimo Vital. Lo que representa menos de 1% de las 700.000 solicitudes totales que se han presentado.
Esta cifra no tiene en cuenta a las 75.000 ayudas que fueron aprobadas directamente por la prestación por hijo a cargo.
Desde el CSIF han salido al paso: «La situación es muy compleja, al borde de la parálisis debido a una plantilla muy reducida para resolver la ingente cantidad de solicitudes”. La resolución del procedimiento se lleva a cabo en los Centros de Atención e Información (CAISS) del Instituto Nacional de la Seguridad Social, oficinas en las que los trabajadores, además de atender los expedientes del IMV, también deben continuar con los procesos habituales».
La falta de personal en las plantilla; unido a la falta de conocimientos digitales de muchas solicitantes han complicado el proceso. Otro problema es la «falta de coordinación» que existe «entre administraciones y organizaciones. Ayuntamientos, servicios sociales y asociaciones del Tercer Sector reciben las peticiones de IMV». Pero solo la Seguridad Social puede realizar la resolución.
CCOO y Comisiones Obreras coinciden en señalar estas causas del colapso. Además, reclaman reforzar la plantilla de la Seguridad Social con una convocatoria de más de 10.000 plazas para poder garantizar el servicio público.