Larraitz lleva 15 años padeciendo ELA, una durísima enfermedad neurodegenerativa que afecta a las neuronas motoras del cerebro y la médula espinal, haciendo que estas dejen de enviar mensajes a los músculos, ocasionando debilitamiento muscular e incapacidad de movimiento.
Tenía 28 años cuando notó los primeros síntomas de esta cruel enfermedad y hoy lo único que pide es: “morir sin sufrir, morir dignamente… por eso tengo la esperanza de que aprueben la ley para poder dejar de sufrir».
La ley de la eutanasia si ha llegado varias veces a los debates del congreso, pero en cambio ella no puede decir lo mismo debida a esta enfermedad que casi le impide salir de casa. Tan solo Podemos llevó al Congreso estas palabras que ella había dicho: «Considero que todo esto es una guerra entre vosotros los políticos, que no están pensando en nosotros los enfermos».
El debate de la eutanasia está a la orden del día, sobre todo después del caso de Ángel Hernández y su mujer. «Deberían estar un mes tal y como estamos nosotros para que vean lo que es estar así. Estar con este sufrimiento», declara Larraitz en su petición a todos los partidos del congreso.
Es por ello, que después de más de 15 años de enfermedad, Larraitz lo único que pide es una muerte digna, acompañada de los suyos e indolora. No quiere seguir sufriendo más y se siente víctima de una guerra ideológica que a los únicos que perjudican son a los enfermos.