El ajo es un alimento de gran historia en España y en numerosos países del mundo, con una arraigada tradición en el mundo de la cocina. Si bien, también se le considera un superalimento por su valor nutricional, al que además se le atribuyen propiedades medicinales.
El ajo es considerado un ingrediente esencial en la dieta mediterránea y uno de los alimentos más saludables para el organismo. Debido a su potente sabor, es normal que se consuma en pequeñas cantidades.
Este superalimento es prácticamente indispensable como condimento y aromatizante de numerosos platos en la gastronomía española. Además, debido a que se consume en pequeñas cantidades, el ajo está indicado en la mayoría de dietas que tienen como objetivo de la pérdida de peso.
Entre las propiedades nutricionales del ajo encontramos hidratos de carbono, agua, fibra, proteínas, grasas, minerales (zinc, fósforo, calcio y hierro), vitaminas (vitamina A, vitamina C, vitamina B1y vitamina B2.
Beneficios terapéuticos como superalimento
Los profesionales de ‘Puleva‘ destacan al ajo como un superalimento característico de la dieta mediterránea al que se le han atribuido a lo largo de los siglos las siguientes propiedades terapéuticas para la salud:
- Propiedades antisépticas, antibióticas y antimicótico natural.
- Es un depurativo ideal, ya que ayuda a eliminar toxinas del organismo y ayuda a la formación y regeneración de flora intestinal.
- Mejora la circulación de la sangre, debido a su capacidad anticoagulante.
- Ayuda a bajar la fiebre.
- Ayuda a reducir los niveles de grasas en sangre, como el colesterol ‘malo’. Por tanto, contribuye a proteger el corazón.
- Es beneficioso para el funcionamiento del sistema inmune, debido a que refuerza las defensas.
- Ayuda a regular los niveles de tensión arterial.
- Se le atribuyen propiedades expectorantes, por lo que es beneficioso para afecciones respiratorias como el asma, bronquitis aguda o crónica.
- Es antioxidante.
- Se le atribuyen efectos anticancerígenos.
Todos estos beneficios terapéuticos y prácticamente curativos se le atribuyen a un superalimento mediterráneo como el ajo. Si bien, en ningún caso este alimento debe sustituir a ningún tratamiento médico indicado para cualquiera de las afecciones descritas anteriormente.
Cómo evitar el mal aliento del ajo
Uno de los aspectos negativos que conlleva el consumo de un superalimento como el ajo es que puede causar mal aliento tras su ingesta. Este fuere olor puede ser desagradable tanto para la persona que lo consume, como para las personas del entornos.
Además, el consumo regular de ajo también puede generar ardores y acidez estomacal en determinadas personas. En este caso, es necesario moderar su ingesta.
Así, para evitar el mal aliento que genera el ajo es recomendable retirar el germen de trigo de ajo, que es el lugar donde se concentra su olor característico, y que en ocasiones puede ser indigesto.
Además, para acabar el mal aliento que puede causar el consumo de ajo, una idea eficaz consiste en masticar hojas de perejil o de menta durante un rato de forma posterior.