¿Cuántas horas pasamos al día sentados? Comiendo, viendo la tele, algunos trabajando o teletrabajando….Y muchas veces esa postura es con las piernas cruzadas, algo que los expertos dicen que es muy peligroso. A este nueva distensión, provocada cuando se le destina poco tiempo al movimiento físico, se le conoce como E-trombosis.
Como bien especifica la doctora Maria Cecilia Guillermo Espósito; la E-trombosis «consiste en la formación de un coágulo (trombo) que obstruye la circulación de sangre». Además, como prosigue la especialista, «el coágulo puede afectar la zona donde se genera o desplazarse hacia distintos órganos con consecuencias potencialmente mortales”.
Con respecto a la trombosis, los especialistas buscan generar conciencia del problema y difundir las acciones preventivas. Además, recalcan que una situación especial del sedentarismo es estar sentados con las piernas cruzadas.
Esa posición se considera un factor de riesgo conocido para el desarrollo de esta enfermedad, que conocemos como E-trombosis. La generación de coágulos es evitable y existen diferentes métodos para tratarla. Lo fundamental es aprender los signos y síntomas para poder prevenirla y reconocerla.
Cómo reconocer la trombosis
Dependiendo de donde aparezca el coágulo, hablaremos de trombosis venosa profunda y embolia pulmonar.
En el caso de la trombosis venosa profunda, el coágulo se forma en una vena de una pierna y afecta a esa zona. Los síntomas en estos casos son:
- Calor en la zona afectada.
- Dolor y sensibilidad en la pantorrilla o el muslo.
- Enrojecimiento o decoloración notables.
- Hinchazón de la pierna, el pie o el tobillo.
En el segundo caso, el de la embolia pulmonar, el coágulo aparece en un sector del cuerpo y se desplaza hacia los pulmones. Esta se manifiesta con:
- Respiración rápida.
- Ritmo cardíaco elevado.
- Aturdimiento y desmayo.
- Dificultad para respirar sin razón aparente.
- Dolor de pecho (que puede empeorar con la respiración profunda).
Aumento de las trombosis durante el confinamiento
En época de pandemia y confinamiento aparecen un estilo de vida más sedentario: obesidad, uso prolongado de videojuegos, series, películas y muchas horas sentado. Un cóctel perfecto para la trombosis.
“En América Latina, el profundo desconocimiento público se ve agravado por la falta de desarrollo general de los sistemas de salud. Y sumado a esto, se ha descubierto que el COVID-19 aumenta el riesgo de trombosis, convirtiendo en emergencia la necesidad de conocer este mensaje”, resalta la especialista.
“Según las publicaciones científicas actuales, se observan mayores episodios de trombosis tanto arterial como venosa, especialmente pulmonar a corto plazo, posiblemente como consecuencia de una suma de factores que pueden prologarse en el tiempo, y producir más eventos trombóticos de forma más tardía en el confinamiento prolongado”, indica en una entrevista con Infosalus el coordinador nacional del grupo de trabajo de Vasculopatías de SEMERGEN, el doctor Manuel Frías Vargas.
Independientemente de que estos eventos trombóticos se esperen más frecuentes entre la población general tras el periodo de confinamiento, también hay que tener en cuenta que se está viendo que muchos pacientes durante la convalecencia de Covid-19 pueden padecerlos también y como secuela de la infección.
“Esto es así porque, entre otras razones, estos enfermos requieren de una inmovilización prolongada que favorecerá un flujo venoso enlentecido por la disminución de la movilidad, aparte de que la infección por el SARS-CoV-2 produce alteraciones en los componentes de la coagulación de la sangre, y provoca una agresión del endotelio vascular”, agrega el doctor Frías Vargas.
Formación de un coágulo de sangre
Según explica la doctora Olga García Vallejo, miembro del grupo mismo grupo de trabajo de SEMERGEN, la trombosis es la formación de un coágulo de sangre o trombo en el corazón o en el interior de un vaso sanguíneo, ya sea arterial o venoso, y que puede progresar pudiendo dificultar el flujo de sangre. “Supone una situación de gravedad extrema, pues el territorio obstruido dejará de recibir irrigación sanguínea, produciéndose así isquemia (detención y disminución de la sangre) y muerte de los tejidos corporales”, advierte.
La también médico de Familia del Centro de Salud Comillas (Madrid) añade que, además, el trombo formado se puede romper y el fragmento roto circular por el torrente sanguíneo hacia un territorio alejado, donde acabará impactando y produciendo una embolia, habitualmente en el territorio pulmonar, “provocando una patología llamada ‘tromboembolia pulmonar’, un proceso médico grave y que puede llevar a la muerte del paciente”, según alerta.
La doctora García Vallejo detalla que se pueden originar por diferentes mecanismos, siendo los principales la lesión en la pared vascular; el flujo sanguíneo enlentecido, por ejemplo en pacientes encamados en un postoperatorio, o cuando se utiliza una férula de yeso; así como la alteración de los factores de la coagulación sanguíneos, con mayor tendencia a la coagulación de la sangre.
¿Cómo sospechar de ello? Entre los principales síntomas de la trombosis la médico de familia dice que se encuentran: Dolor espontáneo y a la palpación sobre la extremidad afectada, que aumenta al ponerse en pie y al intentar caminar, y que rara vez afecta a ambas piernas; edema más o menos intenso en función de la localización de la obstrucción; sensación de empastamiento muscular y un cierto grado de impotencia funcional; cambios de coloración en forma de eritema o de cianosis; así como aumento de la temperatura local