Ante el confinamiento producido por el COVID-19, la policía se encuentra en muchos puntos de las ciudades realizando controles para saber los motivos por los que la gente se desplaza e imponer sanciones o no según sea necesario.
Fue entonces cuando en una pareja se acerco hasta un control establecido en la Glorieta de los Marineros (Sevilla). Allí un grupo de agentes, escuchó atentamente a una pareja que acababa de salir del hospital y que necesitaba ayuda para poder subir al bebé y a la mujer, que recién acababa de dar a luz, a su hogar.
La pareja explicó la situación a los agentes y que ella, la madre del bebé, casi no podía subir las escaleras a su vivienda por las secuelas propias del postparto.
De esta manera, los agentes de la Policía Local desactivaron el control y acompañaron a la pareja y a su bebé hasta su vivienda en un bloque, sin ascensor, de una calle del barrio de Los Remedios. Una vivienda donde la accesibilidad brillaba por su ausencia.
Una vez allí, uno de los agentes junto al marido, subió en brazos a la mujer hasta su vivienda. Mientras tanto, el otro agente se quedó con el bebé en el carrito y lo subió después.
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En este caso, la pareja pudo subir con la ayuda de los agentes, sin embargo, en el bloque seguramente vivan personas mayores o personas con movilidad reducida, algo que supone un problema diario para estos colectivos.