En economía y para referirnos a situaciones referidas a prestaciones o pensiones utilizamos de la misma forma los términos base reguladora y base de cotización. Sin embargo, son cosas totalmente distintas y por ello es necesario conocer sus principales diferencias, para no caer en errores.
Ambos son dos términos de especial interés y utilidad en cuanto al cálculo de pensiones o prestaciones se refiere. Además, han estado muy presente en la sociedad durante la pandemia del Covid-19, ya que se han utilizado para calcular el importe de las ayudas habilitadas por el Gobierno de España.
Entre estas prestaciones destacan los ERTE, prestaciones por invalidez temporal, prestaciones por suspensión temporal de empleo o ayudas por cese de actividad del trabajador autónomo. Sin embargo, tanto la base reguladora como la base de cotización son de gran utilidad en circunstancias normales.
Base de cotización
Para que cualquier trabajador cuente con cierta protección por parte de la Seguridad Social, es necesario abonar una cuota mensual a esta. El importe de esta cuota corre a cuenta del empresario y del trabajador. Se trata de una contribución al sistema.
Así, esta cuota es determinada en función a la base de cotización del trabajador; a partir de la cual se aplican una serie de porcentajes que originan la cantidad que debe abonarse a la Seguridad Social.
En definitiva, la base de cotización se calcula en relación a la remuneración total que recibe el trabajador; con independencia de su forma y denominación, que mensualmente reciba el trabajador por cuenta ajena, prorrateando las cantidades que se reciban por períodos superiores al mes. En todo caso, no se computan las dietas y asignaciones por gastos de viaje y gastos de locomoción (siempre dentro de ciertos límites).
Concretamente, cada trabajador cuenta con 12 bases de cotización al año, debido a que se prorratean las remuneraciones que perciben con una periodicidad de un mes. Si bien, las pagas extras se incorporan en las bases de cotización mensual que corresponda.
Anualmente se establece un límite en la Ley de Presupuestos, por el cual las bases de cotización no pueden ser superiores ni inferiores al citado límite; en función a la actividad del trabajador o la categoría profesional.
La base reguladora
Por su parte, la base reguladora es la cuantía que se utiliza para determinar las prestaciones contributivas que correspondan del sistema de la Seguridad Social. En este sentido, la base reguladora ayuda a conocer el importe exacto al que tiene derecho la persona beneficiaria de la prestación en cuestión.
Si bien, cabe destacar que la base reguladora tiene su origen en las bases de cotización del trabajador. Así, dependiendo de casa caso concreto, la norma determina cuáles y cuántas bases son necesarias para obtener la base reguladora de una prestación.
Para cada caso en particular se tendrán en cuenta una base de cotización concreta. Es decir, se tendrá en cuenta las bases de cotización por riesgos profesionales en caso de tratarse de una incapacidad permanente por accidente de trabajo.
Si hablamos de una prestación por desempleo, será necesario tener en cuenta las bases de cotización por desempleo. O por ejemplo, si se trata de una pensión de jubilación, habrá que valorar las bases de cotización por riesgos comunes.
Por lo tanto, existe una relación directa entre la base reguladora y la base de cotización. Del mismo modo, también encontramos una correlación indirecta entre el salario a percibir por el trabajador y la base reguladora.
Base reguladora en la pensión de jubilación
A partir de 2022, la base reguladora para la pensión de jubilación se determinará en función a las 300 bases de cotización anteriores. Es decir, en los últimos 25 años. Todas ellas deberán ser actualizadas en relación al IPC, a excepción de los 2 últimos años de vida laboral.
Esta es una de las medidas que se plantean de cara a la reforma de pensiones estimada por el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá.